Pulso a la lujuria

Capítulo 7 - Timbres que anuncian tempestades | Rachel

Me recoloco los rizos rebeldes que rozan mi frente mientras se me escapa un jadeo de frustración. Deslizo la camiseta que no había llegado a quitar para colocarla en su sitio cuando Brat está próximo a la entrada de la casa. Por instinto, me oculto tras una de las plantas que adornan la terraza. Aguanto la respiración y agradezco a mi cerebro policiaco que siga activo tras haber bebido. Dereck entra en el apartamento de Brat y se me hiela la sangre al instante. Todo puede irse a la mierda... tres años de tapadera pueden irse al traste si Dereck me ve. Meto tripa y subo los brazos para hacerme con la misma figura que la planta que me tapa. Por favor... para lo que he quedado, mi dignidad se va a resentir después de esto. Empieza el espectáculo.

Oculta detrás de las plantas me está resultando difícil escuchar lo que dicen Brat y Dereck, así que me pongo de rodillas y gateo detrás del sillón de la terraza que tiene Brat, ahora sí que tengo vistas en primera fila, saco el móvil y activo la grabadora, «este material es oro puro», me digo a mí misma.

—¿Dónde está ? —dice Dereck. Brat se pone las manos en la cara como si no supiera que habla de mí. Chico listo.

—¿Dónde está quién? Estás paranoico si piensas que ella está aquí —le contesta Brat.

—Por si no lo recuerdas yo no me acerco al tipo de mujer que es Rachel, las mujeres bravuconas, altivas y deslenguadas no son para mí. Me gustan otro tipo de locas —le dijo Brat.

«Cuando salga de este escondite, se va a enterar de lo que es una mujer bravucona», pienso para mis adentro.

—¿Te gustan más las putas, no Brat? —dice Dereck para provocarlo—. No me tomes por tonto hermanito, sé que está aquí. Recuerda que la ayudé hace unos días.

No puedo verle la cara a Brat, pero sé que está rabiando con el juego de Dereck, puedo oír su respiración de enfado.

Dereck se acerca con furia a Brat y le agarra del pecho de la camisa.

—Brat, Rachel es mía, sé que me estás mintiendo y sé que está aquí.

Escucho pasos hacia el interior de la casa. Dereck ha vuelto a entrar y va a ir habitación por habitación para encontrarme. No puedo moverme de aquí hasta que ese tarado se vaya o se va a liar todavía más.

—Dereck, en serio, a día de hoy aún me sigue fascinando que papá te eligiese a ti para ser el hijo reconocido —comenta Brat en un tono mucho más elevado que el resto de la conversación.

—Brat... Mi paciencia tiene un límite. Acepté casi sin rechistar que entrases en la editorial y ahora me estás tocando los cojones a dos manos y, ¿sabes qué? Yo estoy muy a gusto por mi acera —las palabras salen de su boca con rabia

—¿Sin rechistar, Dereck? ¿En serio? ¡Me quemaste el puto coche en cuanto te enteraste!

Los pasos cada vez se escuchan más cerca y mi cabeza empieza a maquinar. Sin pensarlo demasiado salto la barandilla y me engancho a la escalera de emergencia que lleva a los otros pisos. Imagino que si estoy en una misión encubierta no me pueden acusar de allanamiento de morada, ¿no? Decido quedarme en la escalera, pero con el piso de arriba muy próximo por si a Dereck se le ocurre mirar hacia arriba. Tiene pocas luces y las que tiene están fundidas... espero que no aproveche este preciso momento para hacerse el iluminado.

Entran los dos en la terraza y veo cómo Brat mira a los lados y abre mucho los ojos al no encontrarme. Solo de pensar en colaborar con este tío me da algo.

—Esto no va a quedar así. —Veo cómo salen de la terraza y poco después escucho un portazo. Vuelvo a la terraza para que no me vea Dereck desde abajo y sonrío cuando Brat me acerca contra él.