Lidia.
Al bajar ya listas, Gabi no podría estar más emocionada, íbamos a viajar en el auto de Ethan y parece como si ella estuviera esperando este momento hace mucho tiempo.
Ya es preocupante la forma que le gustan los autos a mi hija.
—Más lapido, mami -dice mientras agita los brazos, la acomodo mejor en mi cadera para que no se caiga y sigo bajando las escaleras.
—Tranquila, Gabi -le contesto sin poder ocultar mi sonrisa. —Primero vamos a saludar al abuelo y a Titi.
—Abue Titi -me recuerda mientras pasamos por la puerta de la cocina.
Gabi siempre la trato como abuela y la verdad tenia sentido porque para mi Tina era como una madre, además de que quizás ambas estemos obsesionadas con la idea de que mi padre y Tina tengan algo.
Química hay, solo que ambos fingen totalmente.
—Así que van a salir -dice ella apenas ponemos un pie en la cocina, subiendo y bajando las cejas.
—¿A dónde van? -dice mi padre con impaciencia. —Y ¿Por qué?... ¿Tendría que tener una charla con Ethan? Yo creo que si.
Me quedé sorprendía ante sus preguntas, esta loco. Tina no dejaba de sonreír mientras lo miraba divertida.
—Tú no iras a ningún lado -lo descarta mientras se acerca a nosotras. —Disfruten de la salida.
Deja un beso en la mejilla de ambas y vuelve al lado de mi padre, quien seguía con el ceño fruncido.
—Mucho cuidado -dice al final y con desgana también nos saludan.
—Simplemente voy a ignorar todo esto -digo por las claras ideas que tienen. —Nos vemos después. Los amo.
Y tras eso salgo rápidamente de la cocina porque sabía como se pondrían, muy rara vez hago esas demuestras de afecto, los amo y mucho, pero no era algo que dijera muy seguido, además, ellos saben como llegué a este pueblo y cuanto me cuesta ser simplemente abierta a mis sentimientos.
Ellos fueron un gran apoyo cuando era un complemento desastre.
Al salir por la puerta principal dejo todo esos pensamientos atrás, estaba al borde de soltar lágrimas y no quería eso. Al bajar el porche puedo ver la espalda de Ethan en la parte trasera del auto, parecía estar forcejeando con algo.
—Maldita silla de bebés -dice en un susurro enojado. —¿Por qué tiene que ser tan complicado?
—¿Necesitas ayuda? -pregunto divertida, él da un respingon y se golpea la cabeza con el techo del auto. —Ay, lo siento.
A pesar de mis disculpas no podía detener mi risa, él sale del auto mientras se masajea el lugar golpeado.
—¿Por qué esto es tan complicado? -pregunta derrotado.
—Deja que lo haga -digo con una sonrisa.
—Solo sostén a Gabi, que no corra hasta la calle.—Muy bien -dice mientras extiende los brazos hacia ella, quien encantada se tira hacia delante para encontrarlo. —Tú sillita es muy mala.
Le susurra como si estuviera dolido, Gabi suelta una risita y lo abraza por el cuello, yo con una sonrisa y el corazón a tope me adentro al auto para acomodar la dichosa silla de seguridad.
Dos minutos después ya estoy saliendo del auto y puedo ver como Ethan le hace caras
a Gabi para que se ría.—Listo -digo con una sonrisa mientras me acerco a ellos.
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En aquel pueblo (En Proceso)
RomanceSi Ethan Hebert quiere correr su más importante temporada de carreras de automóvilismo tendrá que ir a aquel pueblo en donde vive el mejor amigo de su padre, uno de los mejores jefes de equipo y ex corredor, pero hacer que él maravilloso Arthuro Wol...