Lidia.
Esa fue una de mis peores noches de insomnio.
No pare de pensar en como iba a manejarme en toda esta semana sola con Gabi, lo peor era que mi padre iba a dejar el taller cerrado hasta que vuelvan.
Y Gabi seguiría con el jardín maternal así que iba a ser una larga semana de tiempo a solas.
Estaba siendo obsesiva y lo sabía, pero no podía parar de pensar en que quería tener todo controlado.
Solo dormí tres horas pero aún así me levante más temprano de lo normal, prepare a una adormilada Gabi y salimos de casa.
Sin ver a mi padre y a Ethan.
Solo camine por todos lados hasta que se hizo la hora de llevarla al jardín maternal e irme al taller. Mis brazos dolían de haberla llevado dormida a todos lados.
Llegue al taller antes que ellos así que me puse a hacer mi trabajo en silencio, luego llegaron y de la forma más distante los salude y me concentré solo en los motores.
Arthuro lo entendía, le había hecho esta mierda muchas veces, sabía que necesitaba digerir mis problemas sola.
Por otro lado, podía sentir las miradas de Ethan en todas las horas laboral. No le devolví ninguna y cada vez que quería hacerlo me repetía unas palabras una y otra vez.
Él iba a irse.
Es un chico de ciudad no tiene nada que hacer aquí.
No soy una de las chicas forrada en plata de la ciudad que frecuenta.
Soy madre.
Eran pequeños sabotajes que parecía que mi mente estaba encantada de hacer.
Pero esa distancia termino cuando parecía que había superado su paciencia. Habíamos terminado con el trabajo, hoy íbamos a salir al mediodía y no por la tarde ya que no querían irse tarde a la ciudad.
Como de costumbre a la salida ellos se dirigieron al auto de mi padre para volver juntos a casa. Yo los pasé por delante y seguí caminando en dirección al jardín maternal para retirar a mi hija.
Y me encanta la idea, hace unos días que no puedo ir a buscarla yo misma por mi horario de trabajo.
Iba unos metros por delante del auto cuando se escucha que cierran una puerta con más fuerza de la necesaria.
—Esta bien. -dice con molestia Ethan mientras me toma del codo para que me detenga. —Ya basta. ¿Por qué no subes al auto?
Me giro para poder verlo de frente y parece frustrado, aún así el agarre de mi brazo era delicado, eso fue lo único que evito que me soltara bruscamente de su tacto, no estaba lastimandome.
—¿Qué querés que haces? -digo mirándolo a la cara por fin. Duele lo lindo que es. —Déjame Ethan, tengo cosas que hacer, y tú también, no sea que se atrasen en su viaje a la ciudad.
—¿Es eso? -dice con esos ojos verdes mirándome fijamente, intentado buscar respuestas en mi cara. —¿Todo esto es por el viaje a la ciudad?
Todo lo que estuve intentando ocultar parece querer salir a la luz de una manera muy brusca. El enojo estaba burbujeando en mi sistema.
—¿Quiéres venir con nosotros? -pregunta al ver que me quedé estática y se acerca unos pasos más. —Mierda, si es eso, vamos. Vayamos todos juntos, hasta si quieres podemos llevar a Tina, pero dime que puedo hacer para que dejes de ignorarme.
—Te volviste loco -digo sin poder contenerlo. —No pienso ir a la ciudad.
—¿Qué problema tienes tú con la ciudad? -dice y parece cada vez más confundido. —No entiendo, Lidia. Ayúdame en esto, no quiero irme mientras tú estas enojada conmigo.
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En aquel pueblo (En Proceso)
RomansaSi Ethan Hebert quiere correr su más importante temporada de carreras de automóvilismo tendrá que ir a aquel pueblo en donde vive el mejor amigo de su padre, uno de los mejores jefes de equipo y ex corredor, pero hacer que él maravilloso Arthuro Wol...