Capítulo 36.

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Ethan.

Las cosas estaban saliendo bastantes bien, era sorprendente comos me gusta realmente pasar tiempo con ellas.

Aunque Luca me desesperaba un poco, necesito que ya termine de traer las cosas, quería a mis chicas Hebert (por esta noche), solo para mi, tener una cena y hablar de cosas ridículas, de princesas y todo lo que le guste a ellas.

-Teniendo unos minutos antes su comida quizá puedas comer bien luego -digo siguiendo con la charla que estábamos teniendo, porque le había pedido a Luca que trajera unos minutos antes la comida de Gabi para que podamos enfriarlo y dárselo, así luego Lidia podía comer su comida caliente y sin preocuparse.

Porque Gabi comía sola, eso terminaba en un gran lío, ropa, cara, mesa y hasta la silla llena de comida pero no importaba, podían hacer lo que quisieran, además le dije a Arthuro que pusiera ropa extra en el bolso, así que no había problema.

-Realmente pensaste en todo ¿no? -dice mirando el plato con una sonrisa pero parece nostálgica, luego me mira y puedo ver como su mirada se suaviza.
-Gracias, de verdad, por darnos una gran comodidad... aveces, como madre salir es difícil, por suerte es bastante tranquila pero hay momentos complicados.

Me encantaría que siguiera contándome esas cosas, como eran sus vidas, lo que mi niña hacía siendo mucho más pequeña, si era de las que lloraba por la madrugada, si era de levantarse temprano o dormir como si nunca lo hubiera hecho, de cómo era con solo unos meses, como pasó su embarazo, si le daban antojos, si llego a odiar algo.

Era extraño pero quería saber todo de ellas, quizás una parte era porque escucharía su voz todas las vidas que me concedieran, era lindo verla expresarse así conmigo, Lidia era difícil de agradarle, le costaba enormemente contar sus cosas, era reservada y desconfiada.

Mientras yo seguía jugando con Gabi con la muñeca que trajo y los cubiertos (parecía encantada peinandola con un tenedor) Lidia picaba el pollo en pedazos mientras soplaba para que no esté caliente. Cuando ya estaba listo se estaba acomodando para darle ella de comer.

-Déjala a ella -digo mientras acomodo las cosas que habíamos desordenado.
-Hay más ropa si se ensucia.

Lidia suspira y sus hombros bajan en alivio, me regala una de sus sonrisas pequeñas y deja el plato enfrente de Gabi, quien no tarda en meter sus manos directo en el puré para mandárselo a la boca, viéndolas se que cada segundo de organizar esto había valido la pena.

Al verla nos reímos y Lidia trata de enseñarle a usar el tenedor, al principio lo hace pero cada tanto vuelve a usar sus manos, me fue inevitable no sacar el celular y hacerle una foto, es muy tierna, también aproveche y le hice una que otra a Lidia sin que se de cuenta.

Pero una era mi favorita definitivamente, estaban ambas mirándose mientas se reían, Lidia por ver a su hija llena de puré y Gabi por ver a su madre feliz, era un dúo increíble de ver.

A los pocos segundos Luca trajo nuestros platos y el vino, así que comimos los tres a la par, las charlas no tenían sentido alguno, teníamos privacidad para ser solo nosotros y estaba siendo uno de mis mejores momentos.

Luego de la cena, pedimos postre, Lidia fue a limpiar a Gabi y para cuando volvieron yo había acomodado las sillas enfrente de los ventanales para ver un rato el lago, no se me escapo como a Lidia le brillaban los ojos al verlo, era una lastima que el patio no este habilitado para poder entrar.

Pero igual era lindo, los tres mirando... bueno, ellas mirando el lago y yo mirándolas a ellas, Gabi en mis brazos y la paz en el rostro de Lidia, me sentía genial al saber que yo había podido darle aunque sea un poco de tranquilidad.

En aquel pueblo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora