Capítulo 26.

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3/3.
Tengo que decir que es uno de mis capítulos favoritos.

Lidia.

Walter Stevenson fue mi novio en la adolescencia y parte de mi ya legal vida, fue mi destrucción en persona, lo peor que me pudo pasar... pero ahora estaba muerto, recuerdo sentirme aliviada al enterarme pero a la vez mal por creer que era una mala persona por pensar así.

Él por fin ya no podría molestarme y no iba a verlo nunca más, pero su hermano, Frédéric si sobrevivió al accidente de auto que tuvieron y me culpa de la muerte de su hermano, habían pasado meses, mi panza ya era notoria pero el no dejó de mandar amenazas diciendo que iba a encontrarme.

Ahora eran años de que esto pasó, pero aún así el terror de volver a la ciudad y que él pudiera encontrarme era paralizante, los Stevenson aún tenían la manera de destruir mi vida a pesar de no estar presentes.

-¿Por qué yo no sabía de esto? -pregunta mi amiga alterada.

Soltando un suspiro respondo.
-Realmente no sé si todavía esté buscándome -digo hundida en el sillón. -Pero es obvio que no me olvidara, a meses que escape él no dejaba de mandar mensajes amenazantes y sabes que me culpa de la muerte de Walter.

-Que se pudra -dice enojada de brazos cruzados. -Pero has cambiado y tu apellido no es el mismo, quédate tranquila y no te persigas ahora...

Nos quedamos en silencio, ambas mirando a la tele que no tenía volumen pero si podíamos ver como mi padre, Ethan y los periodista se levantan para despedirse, la entrevista había terminado.

Unos segundo despues iba a hablar y preguntarle que podríamos cocinar pero el sonido de una notificación se escucha en toda la sala, ella se endereza y evita mirarme, enmarcando una ceja me acerco a ella.

-Astrid...

-¿Mmm? -dice todavía sin mirarme.

-Dame mi celular -digo y me acomodo mejor en el sillón sentándome en mis pies quedando de rodillas.

-Mejor vayamos a ver a Gabi -trata de empujarme para que me levante pero le saco las manos y empezamos a forcejear, me le tiro encima y trato de llegar a su espalda donde esta mi celular.

La termino de empujar fura del sillón, consigo mi celular y ella queda parada.

-¡No puedes enojarte! -se ataja antes que prenda el aparato y no se que hizo pero ya quiero matarla.

-¿Qué hiciste? -digo desconfiada y prendo el celular, tenia una notificación de Instagram.

Ethan Hebert te mando una solicitud de seguimiento.

-No puedes enojarte -vuelve a decir mientras se acerca a mi y ojea el celular.
-Eso fue rápido.

-¿Por qué lo hiciste? -digo con cierto pánico, en esa cosa tenía fotos mías con gabi, mi padre, Astrid... y no llegaba a los 10 seguidores. -No pienso aceptar eso.

-Oh, vamos -dice y rápidamente me saca el celular, en un segundo acepta la dichosa solicitud.

-Te odio -digo sin saber si enojarme, borrar todo y que la tierra me tragué, decido dejarla ahí y fingir que nada paso me dirijo a la cocina.

-Te dije que no puedes enojarte -repite otra vez y yo solo ruedo los ojos a pesar que no me vea. -No puedes ignorarme, es la regla número tres.

-No tenemos reglas -le contesto divertida.

En aquel pueblo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora