Only Her [TAENNIE]

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TAEHYUNG

"¿Aquí mismo?" Susurré, colocando un mechón de cabello detrás de su oreja.

Jennie no parecía tener ninguna intención de moverse de ese sofá, y yo tampoco. No podía. Con su pecho contra el mío, me volví incapaz de pensar en otra cosa que no fuera su cuerpo encima de mí.

Ella asintió, agarrando el dobladillo de mi camiseta y pasándola por mi cabeza. Jennie lo arrojó a un lado, descartándolo a ciegas mientras yo no podía quitar mis malditos ojos de ella.

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que Jennie realmente me tenía, todo yo. Quería ser suyo. Quería que ella fuera mía. ¿Ella quería eso? La posibilidad de que ella no lo hiciera casi me envió a una espiral descendente.

Un escalofrío me recorrió al pensar que podría ser un polvo conveniente.

Cuando Jennie me dio un suave beso en el costado de la boca y luego me ofreció una bonita y suave sonrisa, supe que mi mente estaba haciendo lo que siempre hacía: crear falsas pretensiones.

Se trataba de más de dos personas usándose entre sí por placer. Mucho más . Le devolví la sonrisa, pasando mi mano por la parte delantera de su garganta y dándole un beso intenso y prolongado en los labios.

Dios, las cosas que haría por esta mujer... a esta mujer.

Jennie gimió, dejando que sus labios se separaran y dándome la oportunidad de deslizar mi lengua en su boca. Apreté los lados de su cuello con las yemas de mis dedos al mismo tiempo que sus muslos se tensaban a ambos lados de mí, su coño cubierto se sonrojaba con mi entrepierna.

Necesitaba estar dentro de ella.

Mis piernas abiertas no hicieron nada para aliviar la tensión en mi polla palpitante. Mis cejas se fruncieron, preguntándome cuánto tiempo pasará antes de que realmente explote debajo de ella.

Jennie sostuvo el respaldo del sofá con las manos, con los brazos a cada lado de mi cara cuando me dejó chuparle la lengua.

Me envolvió su embriagador aroma a sutil vainilla y coco, pero debajo de todo eso, estaba ella. Nunca pensé que sería adicto a un olor.

Quería esconder mi cara en el hueco de su cuello y quedarme dormido de esa manera.

Mi mano descendió hasta su trasero, dándole una pequeña bofetada seguida de un masaje relajante. Tan lleno. Tan grueso. No pude resistir el impulso de tocar esas mejillas y apretarla contra mí. Jennie jadeó cuando sintió lo duro que estaba y dejé que mi lengua se encontrara con la de ella en medio de nuestro beso.

"Déjame sentirte", susurré contra su boca, jugando con las costuras de su ropa interior en su cintura.

Quería que desapareciera... desapareciera .

"Por favor", su voz era un murmullo tranquilo.

"Mi buena niña", murmure, recostándome en mi asiento cuando Jennie se apartó de mí para bajarse la ropa interior por las piernas.

Toqué la parte superior de mi muslo y le hice un gesto para que se sentara de nuevo.

"Vuelve aquí, cariño. Por favor".

En poco tiempo, Jennie volvió a montarse a horcajadas sobre mí. Su gran camiseta apenas la cubría, terminaba justo alrededor de sus caderas y vislumbré su coño debajo del material de algodón blanco. Mis ojos casi se pusieron en blanco al verlo. ¿ Cómo podría algo tener un control tan fuerte sobre mí? Quería adorar el mismo suelo que ella pisaba.