Me desperté exhausta y cansada. Tenía sueño y no había dormido nada, sentía que en cualquier momento mi cuerpo se iba a romper a pedazos y se iba a desvanecer como si nada. El instituto solo me traía problemas para dormir y ni siquiera sabía cómo arreglarlos ni yo misma, odiaba eso.
Me levanté de la cama a duras penas ya que no podía ni con mi alma, me asee, me vestí y baje escaleras abajo para no encontrar a nadie, se habían ido a trabajar todos, incluso johnny. Ni siquiera desayuné, me sentía tan mal que no tenía ganas de nada. Ni incluso de respirar.
Salí de casa y fuí andando hasta el instituto, me quedaba cerca, pero el sentimiento de que me iba a desplomar en el suelo en cualquier momento era más fuerte. Sorprendentemente llegué a tiempo y bastante pronto que digamos. Fui hacía mi clase y como no había nadie me fui a mi sitio y me tumbé en la mesa con tal de cerrar un poco los ojos y descansar algo ya que en momentos iba a morir.
Pasó el tiempo y la gente empezó a entrar por la puerta, pero yo no me inmutaba de eso, solo quería descansar. Estaba tranquila hasta que noté que algo me empezó a tocar la cabeza, cosa que hizo que me despertara y por consecuencia empezará a moverme en mi sitio. Giré la cabeza y era Taesan, no se que quería.
- Hey, despierta, la clase está apunto de empezar - Dijo y yo levanté la cabeza y él vió lo cansada que estaba. Se me quedó mirando perplejo, nadie me había mirado así.
- ¿Siempre quedándote dormida no? Vaya chica. - Dijo Jaehyun, eso hizo que empezara a enfadarme, estaba muy cansada y no quería que un niño empezara a molestarme por sus tontadas. Taesan se dió cuenta de lo que iba a hacer y me paró.
– Anda mejor duerme, estate tranquila. - Dijo Taesan preocupado. Yo solo le hice caso y me volví a tumbar en la mesa, me dió igual que el profesor me pillara dormida, solo quería dormir.
Me volví a dormir pero de pronto noté como levantaban mi cabeza, Taesan me había levantado la cabeza para poner su sudadera debajo, para que estuviera cómoda. Olía bien, bastante bien, pero sobre todo, a él.
Pasó la clase y sentí como alguien me despertaba suavemente. – ______ , despierta – Abrí los ojos viendo a Taesan como me despertaba de nuevo. – Te dejaría dormir más pero ya sabes como es este profesor. –
Pasó la clase y por fin terminó, me iba a dormir otra vez pero recordé que ya era la hora del almuerzo. Me levanté de mi silla y me di cuenta de que llevaba aún la sudadera de Taesan en la mano, lo busqué con la mirada por la clase pero ya no estaba ahí. Me la puse ¿que había de malo?.
Me acerqué a Sakura y a Chaewon, no las había visto en toda la mañana y al estar separadas en clase ni siquiera habíamos hablado en todo lo que llevábamos de día.
– Hola chicas... – Dije frotandome los ojos por el sueño mientras las miraba.
– Uy, nena ¿de quién es esa sudadera? – Dijo Chaewon con una cara pícara.
– De nadie, da igual - Dije bufando por su estúpida pregunta.
– Mingyu me lo diría – Dijo Sakura con una sonrisa aún más estúpida en la cara.
Las dos bufamos por su respuesta que aún era más estúpida que la anterior.
– Ya enserio, yo vivo por y para el chisme – Dijo la japonesa muy segura de si misma.
– Bueno vamos – Dije para salir de clase e ir hasta la cafetería a almorzar. Llegamos a la cafetería y estaba lleno de gente, como siempre. Buscamos una mesa vacía y nos sentamos ahí.
Estaba tranquila comiendo, sumida en mis pensamientos hasta que escucho a las chicas quejarse de algo. – ¿Enserio luego toca artes?, ahh.. estoy harta. – Dijo Chaewon resoplando y la japonesa dándole la razón.
– A mi me gusta... – Dije cabizbaja mirando mi comida fijamente. Las chicas me miraron mal por lo que acababa decir. – Bueno es que tu eres una rarita. – La mire con mala cara. – Por lo menos yo no estoy obsesionada con un tal Mingyu que ni siquiera me conoce. – Me miró mal y justo sonó el timbre.
Nos levantamos del banco de la cafetería y fuimos hacia clase hablando de cosas varias hasta que llegamos al salón. Entramos y cada una se sentó en sus respectivos sitios.
– ______ - Taesan me llamó y me giré prestandole atención esperando a que diga algo.
– Aún llevas mi sudadera... – Dijo riéndose suavemente de mi. Me miré y me di cuenta de que era verdad, que aún llevaba su sudadera.
– Ahh.. Perdón. – Me puse nerviosa y empecé a quitármela pero me agarró de los brazos y me paró en el acto. – Quedatela por ahora, hace frío – Me dijo con una sonrisa en la cara, no me podía sonreír así, estaba causando muchas cosas y el no era consciente.
No pasaron ni 5 minutos y el profesor ya estaba dentro de clase.
– Hola chicos – Dijo el profesor con una sonrisa a lo que nosotros le saludamos de vuelta.
– Como regalo de principio de curso vais a hacer un trabajo – Dijo el profesor feliz como su fuera algo divertido, pero yo solo pude escuchar a Taesan bufar y poner sus manos en su cabeza en signo de frustración.
Taesan sabía que este era su fin. Y yo solo me dispuse a mirarlo.
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