9. 𝐊𝐄𝐘𝐒

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El día había sido terrible, había salido todo mal, estaba cansada y volviendo a casa sentía que las piernas no me funcionaban más.

¿Es posible tener tan mala suerte? ¿O solo era una desgraciada?, creo que las dos. Suspire y continué andando hacia casa, solo quería llegar y descansar mínimamente. Tampoco quería saber nada de nadie.

Después de unos 10 minutos andando que para mi gusto se hicieron más largos de lo que esperaba, llegué por fin a mi casa. Abrí la puerta y saludé a Johnny con la mano viendo como estaba tirado en el sofá, como siempre.

Subí las escaleras de mi casa y fui directa a mi habitación para tirarme en la cama y no hacer nada en todo el día, pero parecía que no iba a ser así porque a lo poco que me tumbé en la cama estaba Johnny gritando desde abajo que bajara.

– ¡Ya voy! – Bufé para bajar las escaleras enfadada por irrumpir mi bonito descanso que ni siquiera había empezado.

Llegué al salón. – ¿Que quieres? – Le pregunté a Johnny molesta por su insistencia. – Te quería decir que va a venir gente a casa, cálmate chica. – Dijo riéndose de mi y solo bufé y asentí haciéndole saber que había entendido lo que ha dicho.

Le tome poca importancia y volví a subir las escaleras para ir a mi habitación de nuevo y ya por fin dormir un poco, que sinceramente, lo necesitaba.

Pero la calma duró poco hasta que el timbre de la casa sonó haciéndome saber que alguien había llegado a casa, me moví por la cama quejándome por el ruido. – ¡Abre la puerta! – Le grité a Johnny para que fuera el, no me apetecía moverme solo quería dormir.

Cuando escuché que abrió la puerta me acurruque de nuevo en la cama para intentar volver a dormir, pero era algo imposible porque los gritos y las risas que emanaban del salón no cesaban en ningún momento, parece que se lo estaban pasando bien, vaya.

Me levanté de la cama para ir a la cocina a por algo de comer ya que tenía hambre y a lo que bajo en el salón me encuentro a Riwoo y a alguien con el pelo marrón que no se quién es.

– Ostras, hola Riwoo...¿y? – Me quedé mirándole confundida. – Leehan, me llamo Leehan – Fruncí el ceño ya que ese nombre me sonaba de algo, de haberlo escuchado alguna vez. – ¡Ah!, ¿tú no eras el que iba con mi primo aquella noche? – Leehan asintió y yo hice un "Aah" con la boca después de haber entendido quién era ese chico que me sonaba tanto.

– ¿Que tal hoy ______ ?, no te he visto hoy por el instituto. – Pregunta Riwoo.

– No sé, hoy estado ocupada, por cierto Leehan, ¿Tú vas a nuestro mismo instituto? – Le pregunté al chico que estaba distraído mirando la pecera que teníamos en el salón. – ¿Ah? Si, si voy al mismo que vosotros – Asentí.

– ¿A qué clase vas? nunca te he visto por los pasillos ni nada. – Le pregunté al morenito que continuaba mirando los peces como si fuera una película de acción con escenas muy interesantes. – Voy al C, igualmente yo escogí música y parece que tampoco coincidimos. –

Cuando escuché que iba a clase de música se me abrieron los ojos como platos, recordé que Taesan iba también a clase de música, así que, obviamente, aproveché para preguntarle. – ¿Vas a clase de música? – El asintió.

– Por casualidad... ¿No conocerás a un tal Taesan? – Se me quedó mirando y se puso una mano en la barbilla haciendo como que estaba pensando. – Si, creo que si, ¿el chico ese que parece un gato y no habla? –

Que parece un gato, que adorable, si lo pensaba bien si que parecía un gato el chico.

Le asentí rápidamente. – ¿Que pasa con Taesan? – Dice Riwoo y le miró como si de un bicho estuviera viendo. – Quisiera no recordarlo, siendo honesta. – Agaché la cabeza recordando todo lo que había pasado esta mañana.

𝐓𝐑𝐔𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 | TaesanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora