La Alianza #2

No fue un beso

Abro y cierro mi mano dos veces antes de que la satisfacción abandone mi cuerpo. Me he desquitado con el idiota lo sé, pero es eso o salir corriendo como me plantee unos minutos antes de que mis amigos llegaran.

Le hago una señal a Lily que rápidamente toma el cabello de Abraham y con fuerza lo alza hasta que vuelve a mirarme.

 — Te vas a arrepentir de esto.

El lugar en el que golpee empieza a oscurecerse y seguramente el dolor es igual de fuerte.

—No lo sabrás si no sigues con vida, ¿verdad?, ahora dime lo que quiero saber.

— No te van a devolver a tu hermana - sonríe como si no le importara toda la situación — no a no ser que le des lo que tanto desea.

—Ilumíname - trato de mantenerme calmada —  ¿Qué es lo que quiere?

 —A la triada, su venganza y a ti.

Entonces es mi turno de sonreírle.

—¿Crees que le entregaré todo por una sola mujer?

— No por una mujer, si por tu hermana - ahora ya no solo sonríe sino que su risa llena el eco del sitio—   si no la quisieras, no estaríamos aquí en este momento. 

Chasquea su lengua como si ya encontrara absurdo aclarar más el tema.

—No me interesa lo que le pase a esa niña - miento y siento como mi estómago se retuerce —  me interesa saber quién está metiéndose en mi trabajo y como terminarlo.

 —¿Porqué no la mataste entonces si no te interesa?

Cansada de esto le hago una señal a Lily y ella salta con felicidad mientras lo golpea en la mejilla derecha con su puño.

El vacío de la bodega acentúa el sonido del golpe y el eco me recuerda que no podré salir de esta vida nunca por más que lo pidiera.

— Te recuerdo que las preguntas las hago yo - es mi turno de sonreírle mientras nos miramos a los ojos.

—  No vas a obtener nada de mi.

— Puede que hoy no. Pero tenemos toda la noche.

Le hago una nueva señal a Lily que finalmente noquea a Abraham.

Llevo mi mano dolorida a mi frente y masajeo despacio. No quiere hablar, la lealtad y el miedo que le tienen a King es más fuerte que el miedo que puedo darles.

—  ¿Sabes que tiene una hija verdad?

La voz de Lily me recompone un poco y parpadeo mirándola.

— No.

Ella se encoje de brazos y deja el tema de inmediato. Puede que seamos la suciedad de este lugar, pero hay reglas que no van a  cambiar, por lo menos no conmigo. Este tipo se merece el peor de los sufrimientos por todo lo que ha hecho, pero la familia, las esposas, los niños. Nadie de ellos tiene responsabilidad sobre los actos de los demás.

— Podemos usar una carnada - la voz de Matt me obliga a mirarlo —  no necesariamente debe saber si es verdad o no que tienes a su familia. Solo puedes decirle lo que quieres e igual lo va a creer.

 —Yo no soy como ellos. 

Y entonces los dos nos quedamos callados, recordando nuestra conversación en el auto.

¿Porqué pongo más presión sobre mi de la que ya tengo?, debería alejarme de él. Debería simplemente cerrar el maldito ciclo sobre ese maldito hombre que no me considera más que una escoria y ya, empezar de nuevo y vivir bien y ser feliz.