XV

24 1 0
                                    

KIARA

Abro mis ojos lentamente y veo a Cayden sobre mí, abrazándome con fuerza, dormido, y al mirar detenidamente mi camisa veo que la tengo llena de lágrimas.

Le acaricio el pelo con los dedos y siento que se remueve. Abre los ojos y veo mucha tristeza, dolor y preocupación en ellos.

– ¿Kiara? – Me coge la cara con las manos y empieza a llorar – Dios mío, te extrañé muchísimo – Solloza más fuerte y yo lo atraigo hacia mí.

– Tranquilo, no me pasa nada

Levanta la cabeza y me da un beso tembloroso en la frente.

– No te vayas otra vez, por favor, estas semanas he estado aterrorizado por miedo a perderte – Se le sale otra lágrima y yo paso mi dedo por su ojo para limpiar con cuidado las lágrimas.

La puerta se abre con cuidado y, tras ella aparecen Carden y Liam.

– Al fin despertaste – Se acercan ambos a mi lado y Carden me toma de la mano.

– Cayden, ¿podrías salir un momentito? – Habla Liam.

– No.

– Cayden, no seas testarudo, es solo un momento – Sale a regañadientes, no sin antes darme un último beso y finalmente me quedo a solas con ellos.

– ¿Qué ha pasado?

– Llevas tres semanas en coma, Cayden no ha querido salir de aquí ni un solo momento.

– Pero ¿Ha estado comiendo bien?

– Le dijimos que si se quería quedar aquí, tendría que comer lo que nosotros le diéramos, Klara, él ha estado super destrozado.

– Oh.

Carden se acerca a mi y me coge la cara con las manos.

– Por favor, no te vayas a ir con nadie nunca más, no podemos siquiera pensar en volver a perderte.

Se me salen algunas lágrimas y luego de unos minutos Cayden vuelve a entrar.

– Vosotros dos largaos ya.

– Ella no es tuya, ella también tiene derecho a decidir si quiere que nos quedemos.

Los tres me miran y yo me siento un poco presionada.

– Si podéis quedaros, claro.

Cayden pone los ojos en blanco y se tumba detrás de mí mientras me coje de la cintura. Y unos minunos después siento como se queda dormido.

– ¿El ha estado durmiendo bien?

– Que nosotros sepamos si, cada vez que uno de nosotros entraba a la habitación veía a Cayden dormido profundamente sobre ti.

Se me estruja el corazón al imaginar todos y cada uno de los días en los que he estado ingresada con Cayden durmiendo sobre mi.

– ¿Puedo preguntar si ha salido alguna vez de aquí?

– Claro, nosotros cada día lo obligamos a salir, mínimo una hora al día, siempre que salía lo veíamos llorando o con la mirada perdida, él no ha estado bien.

– ¿No ha ido a la universidad?

– No, todos nosotros ibamos menos Cayden, decía que no se sentía listo para ir sin ti.

– Se que va a sonar raro ¿pero qué pasa si yo nunca hubiera despertado?

– Nos dijo que si pasaban tres meses y seguías sin despertar que se – No puede ni continuar la frase, se le llenan los ojos de lágrimas y Carden lo abraza con fuerza.

Rezando en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora