XIV

27 4 0
                                    

KIARA

Ya es la sexta vez que Andrew me viola en estos dos días.

¿Dónde estarán mis chicos? ¿Me estarán buscando? ¿O estarán follandose a otra ahora que no estoy?

Tengo mucho miedo, ¿cuanto tiempo me queda de tortura?

¿Por qué Andrew me trata así?

Esa tarde en la piscina, o cuando me sacó del club, pensaba que seríamos grandes amigos, yo realmente confiaba en él.

Supongo que todo el mundo se equivoca, y yo fuí una de ellas al confiar ciegamente en él.

Hablando del rey de roma, se me sale una lágrima al verlo entrar a la habitación con una cámara en sus manos y un cinturón.

– Ven aquí, puta.

Me arrastro por el suelo apenas y con fuerzas, Andrew ayer me quitó las esposas, pero tiene cámaras de seguridad y una puerta que solo él puede abrir, por lo que es imposible intentar salir de aquí.

Deseo con toda mi alma desobedecerle y quedarme en mi sitio, pero yo se las consecuencias que eso tiene: me azotaria con el cinturón hasta lograr que me desmayara del dolor.

Sus azotes no son nada comparados con los de ellos.

Los extraño demasiado, pero aquí la verdadera pregunta es si ellos también me están extrañando. ¿Cómo puedo saberlo con certeza?

Cayden se estaba besando con otra la noche anterior, por lo que al parecer yo no le importaba mucho.

Y hasta ahora no he pensado en mis padres, mis abuelos, en lo que tendrán que estar pensando de mí al haber desaparecido.

Me dejo caer de rodillas con los ojos llenos de lágrimas.

– ¿Qué vas a hacer? – Digo al ver como enciende la cámara y me apunta con ella.

Me ignora, me da un puñetazo que me manda al suelo y empieza a reírse, mientras me abrocha el cinturón alrededor del cuello.

– Bueno, este video va dirigido hacía todo el mundo, pero más específicamente hacía los seres queridos de ella.

Empieza a desabrocharse los pantalones y saca su pene, que está apuntando hacía mi cara, tiene líquido preseminal en la punta. Es pequeño y arrugado, y tiene pinta de saber muy mal,

– Empieza a chupar, pequeña zorra – Me da una bofetada y hago lo que él me dice sin dejar de apuntarme con la cámara – Bueno, como iba diciendo, este no es más que un juguete que he marcado unas cuantas veces – Apunta hacía los moretones en todo mi cuerpo – Cuando este video sea publicado, yo me iré de aquí, y tu te quedaras como la zorra que eres, ¿crees que dejaré que una puta como tú me meta en la cárcel?

– Ayuda – Susurro con la poca voz que me queda en estos instantes.

– ¡Cállate! – Me manda al suelo con otro puñetazo y vuelve a tirarse sobre mí – No eres más que una zorra asquerosa – Me escupe en la cara y vuelve a introducir su polla en mi vagina. 

– Déjame, por favor, ¡creía que éramos amigos!

– Creías, tú misma lo has dicho, ¿de verdad pensabas que podíamos ser amigos? – Se ríe y me da otra bofetada – No eres más que un juguete, ¿qué pensarán tus chicos de esto? Nada más verte te dejarán, porqué eres una asquerosa, ellos no hacen más que jugar contigo, deja ya de ilusionarte tanto con esos chicos. Si te has ilusionado pensando que éramos amigos, ¿por qué no pensar que te has ilusionado pensando que a ellos les importas?

Rezando en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora