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CAYDEN.

Tengo un mal presentimiento.

Esta mañana, en la universidad, Kiara se ha tirado toda la mañana mirando a todos lados, como si buscara a alguien. Y eso me confirma que el desconocido también le envía mensajes, pero quiero comprobarlo por mí mismo.

—Kiara.

—¿Qué?

—¿Estás bien?

—Claro, ¿Por qué no iba a estarlo?

—Llevas toda la mañana mirando a todos lados como si buscaras a alguien.

—¿Qué inventas?

Respiro hondo y le pongo la mano en el hombro.

—¿Sabes que puedes confiar en mí, no?

Asiente y me mira a los ojos.

—Claro que confió en ti, Cayden.

Le sujeto el brazo para que no se vaya, oculta algo y quiero saberlo.

—Dame tu móvil.

—¿Qué?

—Ya me has escuchado, por las buenas o por las malas.

—Cayden, no te lo voy a dar, no oculto nada, que te haya escrito a ti no significa que a mí también me haya escrito.

—Haz lo que te de la gana.

Se da la vuelta y se va con sus amigas. «Ellie y Briella»

Aprovecho esa oportunidad para dar unos minutos en los que llamo por teléfono a su número. Cuándo lo saca, se lo arrebato y salgo corriendo hacia los baños. Me encierro en uno y enciendo la pantalla de su móvil.

«¿Cuál es la contraseña?»

Pruebo la fecha en que nos conocimos y nada.

Pruebo alguna que otra fecha y tampoco. «Al carajo»

Saco mi móvil y busco una foto suya y al final se logra desbloquear gracias al Face ID.

Busco su WhatsApp, entro y veo el mismo número que a mí me escribió. Lo sabía.

A medida que leo los mensajes, frunzo el ceño. ¿Qué cojones?

Desconocido: No le digas nada de esto a nadie.

Salgo del WhatsApp y veo que tiene Instagram. «Ella me dijo que no tenía»

Voy a sus destacadas y veo que sube fotos en tanga.

Mierda. Se me está poniendo dura.

Saco foto de su perfil desde mi móvil para verla siempre que quiera. «Claramente desde una cuenta falsa»

Me acomodo la erección antes de salir y entregarle su móvil.

—Gracias por decirme que no te hablas con ese, lo he leído todo.

—Quería contártelo pero...

—¿Contándomelo cómo? ¿Negándome que no habías recibido ningún mensaje?

—Cayden...

—No, ahora no, vamos, te llevo a mi casa.

—Dirás «Nuestra casa»

La ignoro y salgo de los baños, me meto en el coche y arranco cuando sube. Llegamos y voy a la cocina urgentemente. Necesito beber algo. Me estoy terminando mi vaso de agua cuando Kiara entra por la cocina.

—Vete.

—Cayden...

—¡¿Te lo vuelvo a repetir?!

Rezando en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora