Al bajarnos del avión, sostuve con fuerza la mano de Jeongin. Estábamos de vuelta en Corea, desde ese momento comenzaría nuestra vida juntos.
Cuando salimos, un grupo de personas con carteles coloridos nos esperaban, allí vimos a Jisung, Minho, "Soobin", Changbin, Chan, los amigos de Jeongin, mi madre, mis suegros y Yuna. Corrimos juntos a abrazarlos, sin soltarnos de las manos.
— ¡Ya están aquí! — nos gritó Yuna— ¡Van amar la sorpresa!
— ¡Yuna! — gritaron todos al mismo tiempo.
Jeongin y yo nos miramos y reímos, estábamos de vuelta en casa.
Tuvimos que irnos en dos autos separados porque eran demasiadas personas. Yuna comenzó a desesperarse y a verse muy ansiosa. Minho la regañaba y le decía que no servía para guardar secretos. Estaban todos muy raros, ocultando algo. Y recordé que Jisung había mencionado en la luna de miel que nos tenían algo preparado.
— Esperen, la casa queda por la otra calle. — dijo Jeongin de pronto. Miré por la ventana y le di la razón, habíamos tomado la otra calle en la intersección, que nos dirigía al centro de la ciudad.
Nos detuvimos frente a un edificio, al frente había un parque y los edificios vecinos eran una tienda y una pizzería. Aunque este parecía sin habitantes, pero con un jardín muy bien cuidado.
— ¿Qué es esto? — les pregunté.
— ¡Sorpresa! — exclamaron todos a coro. Jeongin me apretó el brazo y me miró profundamente, estaba pensando lo mismo que yo.
— ¿Nos... están regalando una casa?. — pregunté confundido, tal vez en realidad solo era la sorpresa de que nos mudaríamos todos juntos a ser roomies, idea que no me encantaba puesto que en serio quería tiempo a solas con Jeongin y una casa llena de gente no sería de mucha utilidad.
— La compraron los padres de Jeongin, pero nosotros ayudamos con algunas cosas pequeñas, como la pintura y algunos muebles. Sólo para ustedes, para que hagan todas sus perversiones con intimidad...
— ¡Jisung, no quería saber eso! ¡Podía vivir sin esa imagen en mi mente! — le reprendió Yuna.
Le dediqué una mirada amenazadora a Jisung, para que se callara y no metiera la pata. Pero terminamos riéndonos.
Entramos y tenían todo preparado. Había muebles, las paredes pintadas, decoración, de todo. Incluso ya habían mudado a Nana y a Asesino, que se miraban celosamente cada uno desde un ángulo de la casa.
— Gracias, está... no sé cómo describirlo.... — suspiró Jeongin. Seguíamos sin soltarnos de las manos.
De a poco se fueron despidiendo, para que nos adaptáramos a nuestro nuevo hogar. Chan prometió venir a visitarnos mañana, Changbin vendría en la noche a dejarnos unas cosas que nos compró y Soobin tenía una cita con Yeonjun. Todos se marcharon, menos Jisung y Minho.
— ¿Qué sucede?. — le preguntó Jeongin a Jisung, lo conocía mejor que yo, a pesar de que bromeáramos todo el tiempo. Se veía distraído y pensador, al igual que en las islas. Algo bueno no podía ser, se veía muy asustado.
— Les quiero anunciar algo. — nos dijo.
— ¡Oh, mira qué hora es! Hora de irnos. — le espetó Minho. Jeongin los miró con detenimiento, analizando cada movimiento y gesto de sus amigos.
Al final, Minho arrastró a Jisung y se lo llevó. Jeongin me miró y negó con la cabeza, en señal de que no quería hablar del tema.
Revisamos la casa de arriba abajo, era de dos pisos y muy espaciosa, tenía cinco cuartos cuando nosotros sólo utilizaríamos uno.
— Tal vez para las visitas. — le dije a mi esposo.
— Tal vez para nuestros hijos, idiota. Mamá quiere nietos de inmediato. — bufó. Me reí de él y le contagié la risa, era absurdo. Yo amaba a Jeongin, pero no estábamos preparados todavía, seríamos como niños cuidando a otros niños. — Por favor, dime que nos reímos de lo mismo, porque no quiero tener hijos aún.
— No te preocupes, estamos en la misma sintonía. — me besó y acarició mi cabello, últimamente le gustaba mucho hacer eso.
La cama era cómoda, pero no hicimos "nada". El viaje nos tenía agotados y además, tenía ganas de dormir abrazado a Jeongin, como antes de casarnos, sólo por el simple hecho de sentirlo a mi lado, de saber que era mío durante esa noche y que nadie más en el mundo lo podía tener de esa manera.
Al día siguiente, no teníamos nada que hacer. Nuestros padres se habían encargado de mudar todas nuestras cosas a la casa nueva, todo estaba ordenado y lo único en que gastamos tiempo fue en desempacar. Jeongin estaba de vacaciones y a mí ya me habían aceptado en la Universidad.
Hasta que llegó Jisung de nuevo. Debían ser las once de la mañana, Jeongin no sabía cocinar, pero trataba de hacer algo decente para el desayuno mientras yo colocaba la mesa cuando el timbre sonó. Otra vez lo acompañaba Minho, y tenía las mejillas enrojecidas y el ceño fruncido. Jisung le obligó a entrar.
— ¡¿Quién es, Hyun?! — gritó Jeongin desde la cocina. Salió de allí no se sorprendió de ver a Jisung y a Minho.
— Jeongin, Hyunjin, les queremos decir algo.... — comenzó a decir Jisung.
— Por favor, dime que tus impulsos no te dominaron. — Jeongin parecía saber lo que iba a decir Jisung, pero en cambio yo, no tenía la más mínima idea.
— Demasiado tarde para advertirnos. — nos dijo Minho, tomando la mano de Jisung y mostrand un anillo. Un anillo.
¡Era un anillo de compromiso!
— ¡Minho, ¿qué hiciste?! — le grité, estaba pasmado, de todas las locuras que Jisung había hecho, esta era la peor.
— Lo mismo que ustedes. — me respondió Minho de mala gana. Jeongin no decía nada, pero parecía pensar mucho la situación.
— ¿Cuándo ocurrió? — preguntó al fin.
— Antes de que se fueran de luna de miel. — le contestó Jisung.
— ¡Tres semanas, Jisung, no puedes casarte con alguien con quien comenzaste a salir desde hace tres semanas! — volví a exclamar. No podía creerlo, era absurdo, él no podía casarse.
— Pero Minho y nos conocemos desde hace años, sólo que nunca habíamos salido antes. Como sea, es tiempo suficiente para enamorarse, ¿no? ¿acaso Jeongin no se enamoró de ti en tres meses? — me recriminó. Iba a decirle algo, un millón de insultos, pero Jeongin me detuvo a tiempo.
— Primero, conozco a Hyunjin desde los ocho años, segundo, me gusta desde los 14. — eso no lo sabía, ¿Le gustaba a Jeongin desde los 14? — Y tercero, ¿no será que alguien sólo se sentía abandonado o celoso?
Jisung se mordió el labio y bajó la mirada.
— No me importa lo que digan, me casaré en un mes con Minho, les guste o no. Sólo se los quise decir primero porque son mis mejores amigos, y tú mi amante. — me apuntó con el dedo. — Y también para pedirles si Jeongin quería ser padrino, pero si están así, mejor se lo pediré a Seungmin.
Se fue dando un portazo, pero se devolvió y tomó de la mano a Minho, a quién había olvidado en su momento de rabia. Ya solos, Jeongin y yo nos quedamos en silencio, sin saber qué decir.
Jeongin conocía a Jisung, y sabía que cuando una idea se le metía en la cabeza, no había persona en este mundo que lo convenciera de lo contrario, así que nos gustara o no, asistiríamos a una boda muy pronto.
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➼ marry me ; hyunin.
Fanfic💍 ★ 𓏸⃘ 𝗛𝗬𝗨𝗡𝗝𝗜𝗡 : 𝗝𝗘𝗢𝗡𝗚𝗜𝗡 Mi abuela sentía una debilidad por Hyunjin, siempre lo consentía y le regalaba dulces a escondidas de mi madre. Ella creía que a Hyunjin le faltaba cariño, pero la verdad es q...