5. ¿Ya te llenaste?

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Había bebido un gran trago de la coca-cola cuando Dylan se acercó a mí, traía consigo la bandeja del postre y se sentó a mi lado.

Entonces me ofreció una cucharada del pastel.

Llevo la cuchara hacia mi boca y yo la abrí algo avergonzada, una rebanada más temprano había sido lo suficiente para llenarme pero ahora podía comer un poco más sin problemas.

-Tranquila, come todo lo que puedas. - me dijo suavemente.

-Creo que quieres decir lo que quiera- trate de corregir su frase en forma de broma.

-No. Quiero que trates de comerlo todo ¿vale? Si puedes.

Eso no me sorprendió, no todos los días conoces a un chico súper insistente en que comas comida súper calórica como Dylan.

-Es mucho- le dije, pero él ahogó mis palabras con comida.

-Pero me demostraste que eres muy glotona. ¿O no? Osita- él pellizcó mi barriga por encima de mi blusa rayada.

-Entonces... ¿por que no te me acercaste la primera vez? Cuando me enviaste comida, estaba tan llena que sentía que iba a explotar.

-Te veías tan cómoda mientras tratabas de terminar tu comida...- empezó a decir mientras frotaba mi barriga en círculos -Carajo, estabas tan llena que pensé que lo ibas a dejar a la mitad. Así que no me acerque porque pensé que te pondrías incómoda y dejarías de comer.

-Tienes razón- admiti mientras lamia mis labios para limpiar el chocolate y empecé a frotar mi estómago.

Bebí un poco más, todavía sobraba media rebanada y otra que estaba intacta pero ya me sentía llena.

¡Ya había comido la mitad! Y ese chico quiere hacerme comer el doble por más de que ya estoy llena. ¿Quiero intentarlo? Si, siento que al estar con Dylan hasta mi apetito es mayor.

-¿Ya te llenaste?- preguntó cuando eructe, yo asentí y el río.

Mi barriga empezaba a pesarme, pero tuve una atrevida idea.

Trate de acercarme más a él quien me miró un poco sorprendido, tenía las piernas cruzadas pero yo me las arreglé para sentarme sobre ellas. Quedamos cara a cara y ambos nos sonrojamos, mi barriga también no estaba muy lejos de tocar su abdomen.

-¿Que pasa?- me preguntó apenado.

-¿Que no me ibas a dar de comer? Yo solo me puse cómoda- hable inocentemente.

Me miró serio por unos segundo y yo temí un poco su rechazo, pero quien estaba siendo intenso hasta el momento fue él.

Pero como respuesta el siguió alimentándome sin parar hasta terminar la rebanada, me sentía llenísima así que trate de hacer espacio eructando un poco.

-Ni me imagino lo gorda que te pondrás después de vacaciones.

-Y es todo culpa tuya.

-Pero te gusta, ¿verdad? Comes hasta hartarte y después me tiras la culpa a mi porque es más fácil.

No le respondí, él estaba cubierto de razón pero mismo así no quise dársela.

Cuando la última rebanada desapareció me sentí como una cerda que no podía parar de tragar hasta que toda la comida no hubiera desaparecido. Mi redonda barriga no solo rozaba al abdomen bien trabajado del muchacho sino que prácticamente se había encajado ahí, fácilmente me podían dar ocho meses de embarazo de tan hinchada que me veía.

-¿Seguirás llena mañana para el desayuno?- me preguntó, en serio pretendía que me pasara de tragona mis vacaciones enteras.

-Seguramente ya estaré mejor.

Mis amigas no vieron ni mi sombra por el resto del día, me había quedado con Dylan quien se había dedicado a frotar mi barriga para bajar el hinchazón y me ofreció algunas pastillas para el dolor.

Así que ya eran las once de la noche cuando salí de su habitación directo a la mía, pensé que las dos ya iban a estar dormidas como la vez pasada pero me deparé con que ambas me esperaban a fin de saber detalles.

-¡Dinos qué pasó! Wau ¿y esa barriga? Los embarazos no se desarrollan así de rápido- me avergoncé ante las palabras de Alice.

Me seguía viendo hinchada, mi blusa ajustada no lo disimulaba ni un poco y maldecí no haber traído más ropa holgada.

-Pues... a Dylan le gusta las chicas gorditas.

Trate de defenderme.

-¿Gorditas u obesas? ¡Te ves redonda! Y eso que ya te vimos comer exageradamente.

-¿Pero estás de acuerdo con eso verdad? Te esta haciendo engordar a propósito.

Interfirió Bianca.

-Parece que ese chico te gusta lo suficiente como para ir a marea contraria.

Me quede pensativa, si me hubiera presentado al GYM que incluso había pagado el mes antecipado capaz esto no estaría pasando, quien sabe estaría teniendo salidas normales.

Pero comer desenfrenada y tener a alguien que me mime eran dos cosas que realmente me gustaban, por más que no admitía ni una ni otra abiertamente.

-Dylan me invito a desayunar mañana.

-¡Yo quiero ir a conocerlo!- exclamo la pelirroja.

Fue muy insistente así que termine accediendo, estaba lista para darme un baño antes de irme a dormir pero Bianca me acorraló cerca del baño antes de que pudiera entrar.

-Solo quiero decirte que ninguna de las dos tiene el porque decidir esto por ti- me hablo calmamente, -de cualquier forma solo nos quedan dos días más aquí y ya estás lo suficiente grandecita para saber que te parece bien o mal.

-Creo que indirectamente te estás burlando de mi altura.

Ella rio.

-Solo no olvídate de tus amigas ¿okey?

Vacaciones de engorde - FeederismDonde viven las historias. Descúbrelo ahora