9. Último día

710 12 3
                                    

Me desperté el día siguiente a las diez de la mañana, no quise almorzar y fue solo a la tarde que me anime a salir.

Estaba tratando de ponerme mi traje de baño y no fue mucha sorpresa cuando noté que mi barriga ya colgaba más sobre el bikini, supongo que toda mi comilanza ya empezaba a notarse.

-Solo será por hoy, no vale la pena comprar uno nuevo. - me dije a mi misma.

Así que trate de acomodar mejor mi vestimenta para que no se viera tan pequeña. Como diez minutos después salí para encontrarme con las chicas.

Quede hasta ciertas horas en el agua, cuando salí un momento a descansar fue que Dylan me tomó por sorpresa.

-Que blandita estás Carol.- me dijo, había aparecido detrás de mí y apretó mi barriga.

-¡Dylan!- grite por la vergüenza, el lugar estaba lleno y varias personas nos vieron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¡Dylan!- grite por la vergüenza, el lugar estaba lleno y varias personas nos vieron.

Terminamos por alejarnos de las piscinas, todavía me sentía nerviosa por la forma en que me había agarrado.

-¿Que quieres hacer?- me preguntó cuando nos sentamos alejados del público.

-Quisiera preguntarte algo, puede que suene estúpido pero... ¿por que haces esto? Digo... nunca hastes había conocido a alguien tan insistente hacerme comer de más y siempre dices que me pondré más gorda.

Él rio -¿en serio esta es tu pregunta? Porque me gustan las chubbys, también las chicas con gran apetito, como el tuyo Carol. Me encantas, tu personalidad y el hecho que eres sumisa a dejarme alimentarte te da un toque especial como nunca antes había encontrado en una chica. Espero que no te enojes.

Por un momento no supe qué decirle, si a Dylan también le gusto, pues con gusto subiría unos kilos más.

-Estás hermosa hoy- hablo de la nada sacándome de mis pensamientos -me encanta tu labial, pero ¿puedo quitártelo?

Se aproximó de mí para unir nuestros labios en un beso, fue tan especial. Lentamente el beso fue tomando profundidad y él llevó su mano hacia mi cintura y yo puse ambas manos en su pecho.

El momento pudo haber durado más, si no fuera porque mi barriga rugió justo cuando nos separamos por la falta de aire.

-¿Mi osita tiene hambre?

-No comí nada desde que desperté.

-No puedes saltarte las comidas- me dijo juguetonamente.

Me llevo al restaurante, ya era de tarde así que casi no había gente, solo unas pocas personas bebiendo alcohol.

-Ahora cuéntame porque no comiste hasta ahora- me preguntó mientras el mozo se alejaba con la orden.

-No podía dormir ayer y... bien, me había preparado por si me daba hambre fuera de hora, sabes, recién termine la universidad y no tengo mucho dinero, así que llené una mochila con chucherias para comer fuera de hora.

-¿Y entonces en vez de dormir empezaste a comer?

-Si, comi lo que había traído para una semana en un día, me desperté a las diez de la mañana y como no tenía hambre simplemente no quise almorzar.

Me sentía avergonzada, pero ya que me había dicho abiertamente que me está engordando y su reacción fue completamente positiva.

-Te pondrás demasiado gorda si sigues así, quiero que yo, y solo yo pueda llenarte así.

Sonreí débilmente, él parecía ignorar que hoy se terminaba todo esto.

-¿Todavía estás algo llena?- me preguntó y froto mi abdomen por debajo de la mesa, llevaba una fina bata y estar así en el restaurante era algo incómodo para mi por más de que ya había visto más gente hacerlo.

-Creo que mi estómago nunca ha estado completamente vacío esta semana.

-Es lo que sucede cuando le metes más y más comida.

-Tendré problemas si no me queda el uniforme de la oficina el lunes.

Ambos reímos, este era un problema para la Carolina del futuro.

Esperamos pacientemente unos minutos más, fue casi media hora hasta que el mozo volviera con según Dylan, el primer platillo de mi gran merienda.

Vacaciones de engorde - FeederismDonde viven las historias. Descúbrelo ahora