Capitulo Cincuenta.

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¿Muerte?

Busan, Corea del Sur.
Abril del 2025.
11:07 p.m.

Con una felicidad inmensa de haber podido ayudar a muchas personas, subió a su auto junto a sus guardias y un chófer, tomaron camino hacia el palacio. Park se veía en muchas familias que algunas veces no tenían para comer o tenían que salir a vender algunas de sus reliquias familiares para que un plato de comida no faltará.

—Hicimos mucho trabajo, ¿Verdad señor? —Rompio el silencio Andrew, guardía personal de Park.

—Asi es Andrew, me siento inmensamente feliz por haber ayudado una vez más a esas personas que lo necesitan.

—Con su permiso mi majestad le digo que yo soy creyente de Dios y la verdad a usted lo va a bendecir mucho, a usted y sus hijos.

—Yo no lo soy mucho Andrew, pero muchas gracias. Lo valoro mucho... —Respondio Jimin.

(...)


—¿Cómo va hacer eso señora? Es un peligro y además el señor Jeon...

—Es por eso que tú no dirás nada. Es una orden Grecia.  —Interrumpe seriamente desde su sofá de su hermosa habitación.

—Como ordene señora. —Sin opciones acepto Grecia con cierta tristeza. Se reverencio y salió de ahí pensando si hacer lo correcto o no.

—¿Segura que funcionará esta vez?... —Pregunto Ashlynn desde el otro extremo del sofá.

—Por supuesto, es perfecto y nadie sospechara de nosotras. —Dijo Francesca victoriosa.

Ashlynn le devolvió la sonrisa y pensando que en verdad obtendrían esa venganza que vienen hace años tratando de planear.

—Oí que te disculpaste con Park. —Fruncio su ceño mirando a la bella mujer ponerse nerviosa. —Eso fue muy idiota de tu parte.

—El señor Jeon me obligó. —Mintio.

—Eres horrible mintiendo.

—Fue estrategia. —Volvio a mentir pero más seria.

—¿Estrategia? ¿Para que Jeon vea que cambiaste? —Alzo una ceja.

—Algo así...

—Jeon no volverá a mirarte con los mismos ojos Ashlynn, eso deberías saberlo, y muy bien. No intentes nada por qué mi hijo está perdidamente enamorado de ese maldito Park.

—Solo busco el bien para mi hijo, hace tiempo deje de querer a su hijo. —Confeso.

—Si tú lo dices. —Dijo sin mucha importancia.

(...)


Park se encontraba brindando con sus guardias dentro de su limosina por haber echo un buen trabajó, siempre lo hacían pero esta vez les había ido el triple de bien. Fue increíble. Estaba feliz por haber hecho un gran trabajo y poder haberle brindado su ayuda a personas que lo necesitaban.

Sus mejillas ya dolían de tanto sonreír y festejar con sus dos guardias personales que no solamente eran sus guardias sino que también eran sus amigos porque bueno Park era muy sociable y muy buena persona con quien lo merecía. Pero esa sonrisa desapareció cuando sintió que el auto se había detenido y aún faltaba mucho para llegar.

El guardia, James tocó el vidrio que los separaba del chófer y este lo bajo de inmediato.

—¿Por qué nos detuvimos? —Pregunto Andrew del otro extremo.

La Mafia Real [Kookmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora