La Mafia Real [Kookmin].

Capitulo Sesenta y cinco. (Final)

El final y el comienzo de un reinado.

Busan, Corea del Sur.
Agosto del 2034.
04:28 a.m.

Un año después.

Un año y todo seguía igual, nada había cambiado en el Palacio de La Mafia Real. Estaba todo tornado de color gris, Jungkook había prohibido celebraciones, ruidos, risas y colores llamativos entre las vestimenta de las criadas o cortinas, Jungkook había prohibido casi todo, reflejaba su dolor prohibiendo cosas insignificantes en la vida de sus empleados y familia.

Prohibía todo mediante Jackson, quien era el único que podía verlo, ya que Jungkook no salía de su habitación, no lo habían visto en meses desde que fue el funeral de Park, sus hijos no sabían cómo estaba, si estaba bien o si estaba comiendo. Estaba tan deprimido que se la pasaba en su habitación, acostado o viendo algunos informes, saliendo a la terraza a recostarse en el sofá y simplemente dormir, ya que no disfrutaba hacer nada, todo le aburría, no quería ver a nadie y solamente se quería encerrar ahí hasta morir.

Al menos es lo que más quería, morir.

—¿Está seguro de que quiere ejecutar esa decisión? —Le preguntó Jackson una vez más luego de escuchar a Jungkook.

—Sí Jackson. —Respondió sin mirarlo. —Informales que son libres, que pueden ir a donde quieran, viajar, casarse y muchas cosas más, obviamente siguiendo las reglas, diles que esa es mi decisión.

—Esta bien, me retiro. —Contestó y se reverencio.

Jungkook había accedido a que las criadas fueran libres con un poco de dinero para que puedan salir e irse, conseguir trabajo, armar su familia obviamente siguiendo las reglas de no decir una sola palabra, ya no quería a nadie en su palacio, quería estar completamente solo, aún quedaban sus hijos pero, ni siquiera tenía fuerzas para verlos.

Todos le recordaban a él, eran parecidos a él, especialmente Xiao, era calcada a Park.

Le dolería en el alma verla.

Luego de todo el palacio volvió a estar más solitario que nunca, ya no había niños que corrieran por los pasillos, no había festejos, ni celebraciones, no había felicidad entre esos pasillos tan grandes y elegantes, ya no quedaba nada, solo tristeza y dolor.

Dolor por amor.

Jungkook estaba sufriendo mucho, aún no superaba el haber perdido el amor de su vida ya hace un año, aún le dolía, aún lloraba por las noches abrazando su ropa. Algunas veces por la madrugada sin que nadie lo viera, iba al cuarto de su esposo para acostarse sobre su cama que estaba intacta, con su olor imprimido en ella, se quedaba un rato largo y luego volvía a la suya. Volvía para seguir llorando.

Estaba tan cansado, raras veces trabajaba, solamente se hacía ver con Jackson ya que este le traía sus comidas diarias, le llevaba ropa limpia y algunas veces limpiaba su cuarto, también con Baekhyun que le traía información del trabajo o otra cosas.

Baekhyun siempre lo veía igual, triste y cansado. Cuándo salía de verlo, iba a ver a Xiao y le informaba cómo se encontraba su padre, Xiao lloraba mucho desde entonces, ya que parecía que había perdido a sus dos padres a la misma vez.

—S-Señor Jeon...

—¿Que quieres Jackson? —Le respondió Jungkook.

—Creó que es una buena noticia señor, Xiao a dado a luz a un niño...—Conto nervioso.

Jungkook miró a Jackson y sonrió muy cálidamente. Se había convertido en abuelo. ¿Se sentía feliz? ¿Oh simplemente sonrió porque era lo que se hacía? No, realmente sintió un poco de felicidad por su hija.