El rapto (Fanfic TVD - Delena)

Día 2

El sonido de un portazo despertó a Elena a la mañana siguiente. La chica intentó incorporarse en la cama, pero las esposas que la ataban a esta se lo impedían.

-Veo que ya estás despierta -celebró una voz masculina.

Elena alzó la cabeza para mirar al chico de ojos azules y se encogió en la cama en un intento de protegerse de él.

El secuestrador, ignorando su actitud, caminó con decisión hasta ella y le quitó las esposas. Después, sin intercambiar palabras, la llevó al baño para que se asease. Luego Damon acompañó a la chica de regreso a la cama, donde esta se sentó.

-Vamos a curarte eso -le dijo el chico señalándole las muñecas.

Hasta ese momento, la joven no se había dado cuenta de las raspaduras que se había hecho con las esposas. Lo cierto es que dolían un poco.

-¿Para qué? -le desafió ella-. Si de todas formas me vas a volver a esposar.

-No sino me das motivos para hacerlo.

El chico regresó al baño para recoger un botiquín de primeros auxilios. Después se agachó delante de ella y preparó un poco de algodón con alcohol.

-Esto va a dolerte un poco -le advirtió él.

-No importa.

Y era cierto, le escoció cuando el alcohol hizo contacto con su piel en carne viva. Quitando ese detalle, el chico se portó muy bien con ella y procuró que no le doliese más de lo necesario.

-¿Siempre vais a llevar puesto esos pasamontañas? -curioseó ella, rompiendo con el tranquilo silencio que se había creado entre ambos-. Hace mucho calor para eso.

Era cierto, en pleno agosto que estaban la calor era casi asfixiante. Llevar pasamontañas de lana no era para nada cómodo.

-Es la única forma de que no nos veas el rostro -le explicó él.

-Cierto, pero sigue siendo molesto.

-No pienso quitármelo por mucho que insistas.

-Tenía que intentarlo -sonrió Elena levemente al sentirse pillada.

Después de ese, reinó el silencio mientras el chico continuaba con su tarea de curación.

-Bueno, pues esto ya está -anunció Damon cuando le hubo terminado de poner unas vendas alrededor de las muñecas.

Cuando Stefan bajó a reunirse con él, Damon ya había tomado una faceta de superficialidad.

-Vamos, tío -anunció el menor de los hermanos-, ata a la chica y subamos a prepararlo todo.

-Voy en seguida -respondió Damon sin apartar la vista de su secuestrada.

Elena no se atrevió a hablar hasta que Stefan se hubo marchado de nuevo.

-Me prometiste que no me volverías a esposar si me portaba bien -murmuró ella con voz apagada, sintiéndose engañada.

-Y mantendré mi promesa, pero tengo que asegurarme de que te vas a estar quietecita, así que... ¿Qué prefieres: esposas o encerrarte en el baño?

Como respuesta, Elena se puso en pie.

-Buena chica -le felicitó él, llevándola al cuarto de baño y cerrando con pestillo por fuera al dejarla allí.

D&E

Ya en la planta de arriba de la casa, los hermanos Salvatore colocaron un par de mapas del pueblo sobre la mesa y se pusieron a discutir sobre cuál sería la mejor vía de escape en el caso de ser descubiertos por la policía. Stefan estaba protestando sobre un punto del plan cuando el móvil de su hermano sonó.