Día 3

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Aprovechando que Stefan se había ido, la chica Gilbert decidió que ya era hora de conocer el motivo del conflicto de los Salvatore y su familia. Por ello, se sentó con Damon en el sofá y se lanzó a preguntar sin pensárselo demasiado, no fuese a arrepentirse antes.

-¿Qué es lo que tenéis en contra de mi padre?

Damon llevaba tiempo esperando esta conversación y había decidido que le contaría la verdad, que la chica merecía saber el motivo de su secuestro.

-Él arruinó nuestras vidas -le explicó el chico sin atreverse a mirarla a los ojos-. Nuestros padres eran socios de Mystic Falls Asosation. Cuando empezó a irse a pique, John convenció a mi padre para seguir luchando por la compañía. Mi padre confió en él e intentó mantener la empresa a flote, pero lo que no sabía era que John Gilbert había aprovechado la ocasión para vender sus acciones a buen precio, dejando la monumental deuda de la empresa a mi padre. La empresa quebró y, durante meses, mi padre estuvo tratando de seguir adelante con los pagos. No ayudó mucho a su autoestima que Gilbert crease meses después una nueva compañía que le estaba haciendo de oro a costa del dinero que invirtió mi familia...

Elena no podía creer lo que estaba oyendo. Sabía que su padre era una persona fría y que los negocios lo eran todo para él, pero de ahí a dejar en la estacada a su socio...

-No teníamos ni un centavo -continuó hablando Damon, ahora con un tono más apagado-. Mi madre murió de leucemia porque no podíamos hacernos cargo de los gastos del hospital, yo dejé los estudios para ponerme a trabajar por el salario mínimo y Stefan se metió en la droga. Mi padre no pudo soportar aquello más, así que se pegó un tiro en la sien. Sus problemas acabaron ahí, pero el cabrón me dejó a mí solo todo el marrón de pagar las deudas y de cuidar de Stefan.

"Si es cierto lo que cuenta Damon, mi padre es una persona horrible" pensó la joven. ¿Cómo alguien podía enrriquecerse a costa del sufrimiento ajeno?

-¿Por eso me habéis secuestrado? -preguntó ella de lo más comprensible-. ¿Porque necesitáis ese dinero para pagar las deudas de vuestro padre?

-Debemos tres millones, los otros dos son una especie de compensación por lo que hemos tenido que pasar los últimos años.

-Sé que no debería decir esto, que debería desear que os pillasen sin haber cobrado el dinero del rescate siquiera, pero ojalá mi padre os dé ese dinero y ojalá no os cojan.

-Esperemos que sea así, porque hasta ahora no he hecho nada más que fracasar en mis propósitos -se lamentó el chico-. La deuda sigue incrementándose y ni siquiera logré impedir que Stefan acabase cumpliendo tres años de condena en la cárcel por posesión de drogas.

-Hiciste lo que pudiste -trató de animarle Elena, posando una mano en su hombro-. No podemos controlar todo lo que ocurre en esta vida, hay cosas que están fuera de nuestro alcance. Sus errores fueron suyos, no tuyos.

D&E

Horas más tarde, después de ducharse y cenar, Damon decidió que ya era hora de finalizar el día. Como su hermano no parecía que volvería esa noche a casa, optó por probar algo nuevo.

-No quiero esposarte a la cama –le dijo a la chica-, pero necesito saber que no vas a intentar fugarte.

-¿Qué propones?

-Tú eliges: esposas o dejar que me meta en la cama contigo.

La chica frunció el ceño. Damon, viendo que le había malinterpretado, alzó las manos en señal de defensa y se apresuró a explicarse.

-Solo dormir. No pienso tocarte, no si tú no quieres -terminó de hablar él con una sonrisa traviesa.

-Solo dormir. ¿Lo prometes?

-Tienes mi palabra y yo siempre la cumplo.

La chica le creyó, por lo que se tumbó en la cama de lado y le dejó un hueco, invitándole a unirse a ella.

Acto seguido, Damon apagó la luz y, como estaba bastante oscuro, se quitó el pasamontañas. Después, se desnudó hasta quedar en bóxers y se metió en la cama. Para asegurarse de que la joven no trataría de huir y, de paso provocarla un poco, se acercó a ella hasta el punto de notar la calidez de su cuerpo. Como Elena, quien fingía estar dormida, no hacía nada para apartarse, el chico le acarició el brazo y esta se arrimó a él inconscientemente. Tras eso, Damon la rodeó dulcemente con sus fuertes brazos. Elena, para contener las ganas de posar sus manos sobre las de él, se abrazó a la almohada con fuerza.

-Buenas noches, Elena -susurró él, dándole un tímido beso en la garganta.

El chico enterró la cabeza en el hueco de su cuello e inhaló su delicioso aroma, provocando que ella cerrase los ojos con fuerza para disfrutar de su proximidad.

Aquella noche, a Elena le costó conciliar el sueño. No por miedo, sino porque no podía para de pensar en el hecho de estar tumbada en una cama con un provocador pijama y abrazada a un chico cuya única prenda que cubría su cuerpo era unos bóxers.

El rapto (Fanfic TVD - Delena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora