El rapto (Fanfic TVD - Delena)

Epílogo

Dos meses después...

Un viernes por la noche, Elena fue arrastrada por su nueva amiga al Mystic Grill. Bonnie era una alumna nueva en el instituto e iba a la misma clase que la chica. Desde el primer día, ambas se llevaron muy bien y acabaron haciéndose grandes amigas, amigas de verdad.

Bonnie se quedó bailando en la pista mientras Elena fue a la barra del bar a pedir un refresco. Y ahí estaba, cuando alguien se acercó a ella por detrás.

-¿Cómo es posible que una belleza como tú esté aquí tan sola? -preguntó una voz muy conocida, una voz que creyó no oír jamás.

Elena se giró y, sin dudarlo, se lanzó a los brazos del chico de ojos azules, quien la abrazó con la misma intensidad y alegría que ella.

-¿Dónde has estado? –preguntó la joven al romper el abrazo para mirarle bien a la cara.

-He estado fuera de la ciudad –explicó él-, esperando que la cosa se calmase. Acabo de regresar. Alaric me contó que estabas aquí.

La policía, gracias a la declaración de Elena, había cerrado el caso y Stefan había quedado como único secuestrador. A la joven le enseñaron una foto de Damon y esta dijo que no le había visto nunca. El chico fue interrogado pero no había nada que lo relacionase con lo que su hermano había hecho. Además, mientras que la conducta de Stefan era incorregible, la imgen de Damon era impecable. Todos veían en él a un buen chico que había tenido que madurar pronto, que amaba a su familia y que había hecho todo lo posible por llevar a su hermano por el buen camino. Así que, el chico acabó libre de sospechas, enterró el cuerpo de su hermano en el panteón familiar y, mientras se terminaba de cerrar el caso, se fue de la ciudad en busca de paz y queriendo alejarse de esas acusaciones que todos hacían contra Stefan.

-Lamento lo de tu hermano -le dijo ella de lo más sincera.

A la joven nunca le había gustado un pelo Stefan, pero era el hermano de Damon y comprendía que este debió haberlo pasado mal con la muerte del chico.

-Yo también... -murmuró él aún dolido por su pérdida.

-Cuando la policía dijo que habían abatido al secuestrador, yo... -continuó hablando ella con un hilo de voz-. Temí que fueras tú.

-Estoy bien, tranquila -la calmó Damon, frotándole los brazos con cariño.

-Siento que no pudieses cobrar el dinero.

-Sabía que era prácticamente imposible -confesó el chico su pena.

-¿Cómo lograste salir? -hizo ella aquella pregunta que le rondaba la cabeza desde el día del accidente.

*Flashback*

El incesante sonido de las sirenas de la policía despertaron a Damon, quien se llevó la mano a la cabeza dolido por el fuerte golpe que había recibido al chocar contra el volante del coche.

Stefan estaba consciente a su lado y aparentemente no se le veía herido, por lo que el mayor de los Salvatore volcó toda su atención en Elena, quien estaba desmayada. Damon comprobó que no estuviese herida. La ayuda para ella no tardaría en llegar, así que él y Stefan tenían que irse cuanto antes, aunque no le agradase nada la idea de dejarla allí sola.

Damon trató de sacar a su hermano del coche pero este no estaba tan bien como aparentaba, pues se había fastidiado la pierna derecha y no estaba en condiciones de correr. Stefan, sabiendo que no había escapatoria para él, obligó a su hermano a irse sin él. Damon se negaba a dejarle, pero el menor de los Salvatore insistió en que se fuera.

-¡Vete de una puta vez, Damon! –le gritó su hermano con desesperación.

-Steff, yo...