El rapto (Fanfic TVD - Delena)

Día 7. Parte 1

Por la mañana, Damon se despertó al notar que la joven se removía en la cama intentando liberarse de su agarre.

-¿A dónde vas? -le preguntó el chico medio dormido, atrayéndola de nuevo hacia él.

-Al baño -respondió Elena, girándose para apoyar con cariño una mano sobre sus pectorales en un intento de transmitirle así que no se arrepentía de lo que había sucedido entre ellos la noche anterior.

-Hmm... -murmuró él aún con los ojos cerrados-. Está bien, ve.

Damon la liberó de su agarre y ella le dio un corto beso antes de irse. Ya en el servicio, la chica abrió el grifo de la bañera mientras se desnudaba. Cuando estuvo llena de agua, Elena se metió en la bañera y cerró los ojos para disfrutar de un momento de relax.

-¿Hay sitio para uno más? -le preguntó una voz masculina, haciéndola sobresaltarse.

El chico de ojos azules estaba de pie a su lado, totalmente desnudo y devorándola con la mirada. Elena, aún algo vergonzosa al verle así, desvió rápidamente la mirada cuando se dio cuenta de que se había quedado embobada mirándole el miembro viril. Damon, que se había percatado de esa mirada, se echó a reír por su repentino brote de timidez.

Cuando Elena se movió en la bañera para hacerle sitio, el chico no dudó en meterse y hacer que esta se sentase entre sus piernas. Ella se echó hacia atrás para pegarse más a él y Damon la correspondió rodeándole el cuerpo con los brazos.

El chico tomó una esponja de ducha y la llenó de jabón, comenzando así a frotarla contra el vientre de Elena. Ella se echó hacia atrás y recostó su cabeza en el hombro de él, cerrando los ojos para disfrutar de los mimos de este.

Damon continuó enjabonándole todo el cuerpo, prestando especial atención a sus turgentes senos. El chico descendió la esponja hacia sus muslos y frotó con ella su zona íntima, provocando que Elena gimiese de placer y le mordisquease el lóbulo de la oreja con deseo. Sin querer hacerla esperar más, el chico sustituyó la esponja por sus expertos dedos, los cuales jugaron con su botón de placer hasta llevarla al clímax.

La joven, aún afectada por su increíble orgasmo, entrelazó sus manos con las de Damon e hizo que este le rodease la cintura con sus fuertes brazos. Después alzó la cabeza y le dio un húmedo beso en la mandíbula. El chico agachó levemente la cabeza para unir sus labios y jugar con su lengua.

Tras romper el beso, Elena se separó de él para girarse, cogió la esponja y se colocó sentada de rodillas frente al chico dispuesta a enjabonarle el cuerpo como este había hecho con ella. Damon, al verla dudar por culpa de su timidez, tomó la mano de la joven y la guió hacia sus pectorales, marcándole el ritmo de fricción y los movimientos a seguir. Cuando Elena empezó a coger confianza en sí misma, el chico la dejó continuar sola, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos para disfrutar del momento.

Al llegar a su miembro erecto, la joven lo frotó suavemente con la esponja, poniéndolo aún más duro y haciendo que él gruñese de placer. Elena se sintió tan poderosa en ese momento, que dejó la esponja a un lado y se atrevió a agarrar su pene con una mano para masajearlo. Como el chico la dejó correrse cuando jugó con su intimidad, ella quiso devolverle el favor; pero este tenía otra idea en mente y, cuando vio que no podría aguantar mucho tiempo más si Elena seguía así, la sujetó fuertemente por la cintura para alzarla y penetrarla bruscamente, haciéndola gemir con fuerza.

La joven apoyó su frente contra la de Damon y ambos jadearon, entremezclando sus gemidos. Al principio, el chico sujetaba sus caderas y marcaba el ritmo de las embestidas; pero después dejó que fuese Elena quien, agarrándose con fuerza a los cabellos de su nuca y tirando de ellos hacia atrás, se moviese libremente sobre él, realizando lentas y profundas penetraciones hasta llegar ambos a un clímax sincronizado.