Día 6. Parte 2

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-...Ahora mismo podría hacer lo que quisiera contigo y tú no podrías hacer nada para impedirlo.

-Pues hazlo -le desafió ella casi en un susurro.

-Pensaba hacerlo de todos modos -afirmó él divertido por la disposición de la joven a dejarse hacer.

Damon acabó con la poca distancia que les separaba para unir sus labios y, como esperaba, la chica no le rechazó. Eso le dio la confianza para continuar el beso. Su lengua rozó los dientes de Elena buscando permiso para invadir su boca con la lengua. Ella no tardó en entreabrir los labios, dándole así total acceso de su boca y sus lenguas danzaron como una.

-Damon... -gimió ella cuando una mano de él viajó por debajo de su camiseta hacia uno de sus senos.

-¿Empiezas a ver ahora el lado bueno de las esposas? -preguntó este, descendiendo sus besos hacia el cuello de Elena.

-Sí, lo veo...

-Pues esto solo es el comienzo.

El chico continuó metiéndole mano por debajo de la ropa, pero no fue más allá aunque el bulto de sus pantalones presionaba con necesidad contra vientre de una Elena más que excitada. Pasado un tiempo de sensuales caricias, Damon dejó de tocarla.

-¿Por qué te detienes? -preguntó ella desconcertada.

-No hay que ser un genio para darse cuenta de que eres virgen, Elena. No pienso robarte tu virginidad. No la merezco, soy tu secuestrador. No está bien.

-No soy virgen –se defendió la joven sintiéndose casi ofendida.

-¿En serio? Pues no pareces tener mucha experiencia.

-Mi ex novio, Matt, era un capullo. No me gustó cuando lo hicimos y no quise volver a hacerlo nunca más.

"Por eso no dudó en largarse con otra" pensó la chica para sí.

-Pero sí quieres hacerlo conmigo, ¿por qué? -preguntó él casi como si estuviese enfadado, en parte con ella y en parte consigo mismo-. Apenas me conoces y lo poco que sabes de mí debería darte razones más que suficientes para no continuar con esto.

-Nunca he conocido a alguien como tú, alguien que se sincera conmigo y que no oculta sus intenciones por muy perturbadoras que sean. Si las circunstancias fuesen distintas, no pensaríamos en que hacerlo está mal, ¿por qué dudar ahora? Yo quiero hacerlo y tú también, eso es lo único que importa.

-Espero que no te arrepientas luego... -murmuró Damon, volviendo a acomodarse entre sus piernas, inclinándose para volver a besarla.

-No lo haré -prometió ella contra sus labios-, ¿pero podrías desatarme?

-Te dije que te enseñaría las ventajas de estar esposada. Confía en mí, merecerá la pena.

-De acuerdo.

Damon le dio un beso como recompensa y fue ella quien se encargó de profundizarlo. El chico no tardó en descender los besos al cuello de Elena, mientras le metía mano bajo la ropa. Damon, harto de que la camiseta de la joven le incomodase el acto de acariciar su cuerpo, sacó una navaja de su bolsillo trasero y cortó las tirantas. El chico se deshizo de la prenda bajándosela por las piernas, haciendo después lo mismo con los shorts.

-Quítate la camiseta –le pidió ella, ya que esta no podía hacerlo al tener las manos esposadas.

-Tus deseos son órdenes para mí, princesa –sonrió él con picardía, quitándose la prenda con mucha calma, poniendo más impaciente a la chica.

Cuando Damon volvió a inclinar su cuerpo hacia el de ella, sus manos masajearon los senos de esta por encima del sujetador, haciéndola gemir de placer. Después, los labios del chico tomaron el relevo de sus manos y besaron los pechos de Elena por encima de la fina tela, descendiendo lentamente hasta llegar a sus braguitas, donde depositó un beso antes de quitárselas.

El rapto (Fanfic TVD - Delena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora