Capítulo 9: Hell

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Era miércoles, dos días después de la llegada de Harry a Italia, dos días en los cuales no había rastro de Crowley y eso a Aziraphale le preocupaba, pero también temía por el resto de personas a su alrededor, pues no estaba del todo seguro de amar a un ser que le hace daño y aún así no podía evitarlo, por más lágrimas, por más súplicas y plegarias que le informara al demonio el parar, algo muy dentro de si pedía a gritos que continuara por más doloroso que fuera, por más cansado que su cuerpo estuviera; pero eso, eso no era él, se desconocía y desconocía el comportamiento de Crowley a pesar de a penas conocerse una fracción de tiempo, su mente no conocía la idea de alguien malvado aún si era un demonio.
Pero no podía hacer más que seguir con Harry el poco tiempo que le quedaba en el país.

No lo mencionaba, sólo Gabriel lo sabía, pero ambos dormían en la misma habitación, tal vez no juntos pero algunos momentos bochornosos en la mañana solían aparecer, más que nada a la hora de asearse, pues el vicario era incluso más madrugador pero eso no le favorecía mucho al sacerdote, quien 3 veces ha despertado al escuchar la puerta del baño abrirse logrando presenciar la hombría de Harry ante sus ojos, ninguno tenía una intención oculta, pero decidieron por el bien de ambos que Aziraphale despertara primero para evitarse esos incómodos encuentros que sólo les hacía pensar de manera muy pobre.
Esa mañana en particular era bastante fría,
el sacerdote se encontraba solo, leyendo detenidamente todos los libros que alguna vez guardó luego de su enseñanza ligada al exorcismo y el cerrar portales al más allá.

Harry se encontraba realmente lejos de él, cosa que no le incomodaba, le agradaba sentirse libre pues a pesar de querer a su amigo las cosas a veces se volvían poco cómodas, tal vez por el actuar de ambos y eso le hacía pensar detenidamente las cosas, los pasos en falso no eran su especialidad y menos en un tema tan delicado como el amor que tanto anheló pero que ahora ya no significa nada, tenía que ser sincero consigo mismo; quería mucho a Harry, siempre había sido la única familia que alguna vez logró conseguir, pero aquél enamoramiento tan profundo sólo se había resignado lentamente convirtiéndose en sólo una familiaridad, no negaba que aquellos besos en el campo no había significado nada, al contrario, tenían una gran carga de sentimientos reprimidos. Pero ya no había amor, se sentía perteneciente a alguien más.

Dejó de divagar tanto y se concentró nuevamente en su lectura, siendo acompañado por Warlock, quien solicitó estar a su lado al menos en lo que duraban las vacaciones y también porque apreciaba la compañía del padre quien sólo le narraba el libro que estaba leyendo, no era un joven que gustara del placer de leer libros, pero le interesaba el tema de lo oculto y como combatirlo; pero no solamente estaba allí por eso, sus intenciones eran algo ocultas, era curioso de sobremanera y sabía que algo oculto tenía Fell.

Padre Fell, disculpe si lo interrumpo, pero quisiera preguntarle algo.— Habló finalmente el joven de cabello oscuro quien recargaba su cabeza contra un libro de gran tamaño.

— Adelante Warlock, no me molesta que me hagas preguntas.— Sonrió con amabilidad dejando ver sus características líneas de expresión.

¿Porque parece inquieto todo el tiempo luego de que jugamos ajedrez aquel día?, parece como si la persona que lo necesitaba hubiera desaparecido o algo así.

El corazón del sacerdote palpitó con fuerza ante aquel cuestionamiento, se sentía atrapado, como si hubiera cometido el peor de los crímenes; intentó calmar su nerviosismo sin mucho éxito, sólo logrando una sensación ardiente en sus mejillas, algo que nunca le sucedió cuando Warlock preguntó el porque Harry dormía en la misma habitación que su persona.
Sus manos temblaron por la conmoción, jugando entre ellas detrás del libro como solía hacer de niño, una manía que jamás había logrado eliminar.
Respiró entrecortadamente en intentó formular una respuesta astuta, como siempre solía hacer, pero esta vez su mente se llenó de imágenes latentes de aquel demonio pelirrojo, las veces que lo visitó y su repentino cambio de actitud.

Praying and SinningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora