— Ven, necesitas descansar.— Ofreció su mano al demonio para ayudarlo a levantarse.
Lo guió tranquilamente, acariciando suavemente el dorso de una de las manos de Crowley, disminuyendo sus temblores y relajando sus músculos; llegaron a la parte de la cúpula, en un lugar bastante cálido el cual daba vista hacia el frente.
Aziraphale organizó una cama lo mejor que pudo, con algunos sacos suaves llenos de algodón para hacer peluches, unas cajas de madera como base y por último una manta, sentó al demonio en la cama para organizar el resto del lugar mientras el pelirrojo sólo se recostaba mientras seguía con la mirada a aquél ángel caído del cielo.— ¿Estás cómodo?, porque podría traer otros sacos y una manta más.— Ofreció sentándose en la orilla de la cama.
— Así está perfecto Fell, te lo agradezco.— Sonrío con su mirada amarilla mientras aquellas manos blancas le arropan con sensibilidad.
Su mejilla fue rozada por uno de los dedos del sacerdote, le dió las buenas noches, pero evitó que se fuera agarrándolo del brazo con poca fuerza, el de ojos azules volvió sobre sus pasos y recibió un pequeño beso cerca de sus labios.
Sus mejillas se volvieron rosas y fue liberado para poder irse, no sin antes cerrar con llave la entrada al segundo piso para que nadie molestara a Crowley.Bajó las escaleras con un latido incesante en su pecho el cual no detenía su galope, se dirigió hacia su habitación encontrándose a Harry quien lo esperaba con una sonrisa y extendiéndole su camisón para dormir. Se sentía un aire más relajado y dulce, como si todas las emociones del sacerdote estuvieran en perfecta sintonía; los girasoles estaban a un lado de su mesita de noche llenos de agua, cosa que hizo el vicario intentando ocultar su sonrisa al mantenerse "ocupado" organizando su cama.
— Le pusiste agua a los girasoles.— Comentó Aziraphale mirando hacia Harry quien sólo hizo un ademán.
— No quería que se marchitaran rápidamente, ví como las mirabas y preferí darles un buen lugar.— Sonrío con amabilidad siendo correspondido y abrazado suavemente.
— Eres amable Harry y esta vez no me llevarás la contraria.
— Tú eres un rayo de sol Azi, ví por accidente a un hombre llorando en su hombro y tú sólo parecías emanar una tranquilidad tan grande, ¿cómo se llama tu amigo?, claro, si no es personal.— Se sentó en la cama del sacerdote quien le siguió con un pequeño color rosa en sus mejillas.
— Oh, ah, sólo sé que se llama Crowley, necesitaba ayuda en ese momento y no supe decirle que no, es un buen hombre sólo tiene muchos problemas.— Sus manos sudaron un poco, el vicario sólo acarició los rulos ajenos.
— Eres espléndido Aziraphale, ahora vamos a dormir, espero conocer a tu amigo mañana.— Le dió un lindo beso en la mejilla al sacerdote y ambos se acostaron para comenzar a descansar.
La mañana de jueves Aziraphale se despertó algo tarde, al bajar de su cama encontró en uno de sus brazos una fina serpiente agarrada en este, aguantó su grito cuando el reptil se transformó rápidamente en Crowley quien le intentó tranquilizar rápidamente. Había una explicación clara para ello y sólo se remitía a que el calor no era suficiente en la parte de arriba de la cúpula, pensó que sería buena idea dormir en esa forma para no molestar al sacerdote y por supuesto se disculpó ante el incidente.
Aziraphale fue a asearse dejando al demonio en su habitación, Harry había salido para hablar con Gabriel así que no había riesgo de que se encontraran de una forma algo incómoda; se arregló con minuciosidad sin sentir aquella mirada con lentes sobre el, lo admiró más allá de lo que un niño admira a su madre al arreglarse, era un sentimiento diferente, uno fuerte y puro pero suave a la vez, su cuerpo se movió automáticamente y abrazó por la espalda a Aziraphale, rodeando con sus brazos el abdomen ajeno y colocando su mentón en uno de sus hombros.— Te ves muy hermoso, Fell.— Besó suavemente el hombro cubierto por la tela.
— Oh Crowley, yo amm, t-tu puedes llamarme Aziraphale.— Se volteó agarrando por lo hombros al pelirrojo quien seguía agarrándolo suavemente de la cintura.
El demonio se acercó lentamente depositando un beso sincronizado y suave, el cual fue correspondido con timidez, no duró mucho, sólo lo necesario para sentir una calidez dulce.
Las campanadas empezaron lo cual significaba la hora de continuar actividades rutinarias, así que por seguridad, Aziraphale fue acompañado casi todo el día por Crowley, quien gustoso le seguía y ayudaba en lo que necesitaba, los niños le veían por su aspecto extraño y las monjas sonreían con algo de susto al encontrarselo.El día pasó con extrema rapidez, la tarde ya se hacía presente, aquel duo estaba sentado en una de las mesas del comedor almorzando, al menos el sacerdote lo hacía mientras era observado por el demonio, quien le esperaba pacientemente sentado al frente; unos pasos algo rápidos sonaron por el corredor dejando ver al pequeño cuarteto correteando a Harry, mientras Warlock corrió rápidamente para refugiarse debajo del ala de Aziraphale.
El vicario cedió ante los juegos de los niños hasta que la campanada marcaba la hora del recreo para ellos, dejando solos a los 3 adultos y al jovencito quien decidió tomar una siesta.— Hola Azi, perdón por interrumpir no supe a donde más escapar, supongo que él es tu amigo ¿no es así?.— Sonrío hacia ambos y extendió su mano hacia el pelirrojo. — Soy Harry, un placer.
— Soy Anthony J. Crowley.— Estrechó la mano dudoso ante la mirada del vicario la cual parecía ser amigable, pero competitiva.
— Ustedes se parecen mucho, sólo que Crowley es menos tranquilo que el vicario Harry, como si fueran gemelos.— Mencionó algo adormilado dejando en duda a ambos, tanto demonio como hombre.
Ambos se observaron mutuamente para luego mirar a Aziraphale, tratando de descifrar que tan parecidos eran pero sin mucho éxito, dejándolos a la intemperie pero con una latente rivalidad hasta ahora desconocida para ambos, pero que creció como el fuego tan pronto se encontraron.
El resto de la tarde fue tranquila y la hora de dormir se acercó lentamente, Crowley se "despidió" de todos para luego ocultarse como una pequeña serpiente en una de las prendas del sacerdote y junto con el vicario fueron a descansar para ver otro maravilloso día otorgado por el señor.Pero nadie sabía, que en el fondo de aquel lugar santo una grieta afuera del lugar empezaba a formarse dejando un calor infernal en esta, aún si nadie podía salir todavía, esa grieta sólo significaba un gran problema, no para la iglesia si no para todos lo que están dentro de ella.
Aziraphale tendrá que intentar más fuerte devolverle la santidad al lugar, así tenga que hacer hasta lo imposible por salvaguardar la vida de todos, hasta la de un demonio.Nota: Ten cuidado con las mentiras, Crowley.
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Praying and Sinning
FanfictionMientras en tu devoción rezas por tus pecados, yo te haré cometer los suficientes para no volver a redimirte. Advertencia Esta historia contiene escenas de índole sexual, violenta, actos inhumanos, sbdm...