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Aun no es completamente de noche, de hecho, la luna ni se ve aun, pero los dolores de la transformación llenan a Taehyung, que se niega a soltar las lágrimas que luchan por salir de sus ojos; siente sus uñas alargarse, mirándolas mientras la primera gota de sudor le resbala por la frente.

No entiende absolutamente nada, pues normalmente hasta que la luna no está en su cenit, él no se transforma, pero ya tiene la necesidad de retirarse la ropa, pues el calor abrasador de la transición a lobo, siempre le agobia; suelta sus cabellos, dando gracias a la fresca brisa de otoño, que recorre cada parte del bosque.

Un gran quejido le abrasa la garganta, del dolor tan insoportable que debe aguantar cada luna llena de cada maldito mes.

No ha habido ni uno solo, de todos los que lleva con la supuesta bendición de transformarse en lobo, en el que se haya alegrado de tener esa capacidad; por fin las lágrimas le atraviesan la cara, y el primer hueso roto, le hace hincar la rodilla, su presión respiratoria, empieza a colapsar.

Cada hueso de su cuerpo se parte, obligándole a hacer eso que tanto odia, que es verse de rodillas, aunque no haya nadie delante, y se deja dominar finalmente; el vello crece alrededor de su cuerpo, sus dientes se alargan, sus orejas se transforman, una cola larga y marrón sale de su espalda, y sus ojos empiezan a ver de forma perfecta cada rincón del bosque, hasta que finalmente, un aullido, alerta de que está ahí.

El gran rey del reino y bosque, sobre sus cuatro patas, sintiéndose liberado, eufórico y feliz, y para sorpresa de Taehyung, su lobo, sale a correr, disparado.

No entiende exactamente a qué se debe tanta prisa, pero ve desde su interior cómo tiene un objetivo fijado, llevándole de forma certera hacia el río; y se dedica a disfrutar, ahora sin dolor, de la maravillosa sensación de correr con libertad por donde le plazca, sin preocupaciones, sin que nadie le exija una atención que no quiere dar, ni un reino al que no quiere gobernar.

Y enfoca bien, dándose cuenta de por qué su lobo, se ha dedicado a correr tanto; su corazón se acelera cuando enfoca a otro canido, algo más pequeño que el suyo, bebiendo tranquilamente del río.

Su pelaje es de un hermoso azabache, que brilla a pesar de que la luna aun no ha salido y sus ojos, que lo enfocan al sentirlo, son de un frío azul, que lo atraviesan sin piedad alguna; ve a su lobo acercarse lentamente, mientras el contrario no duda en volverse por completo, sentándose sobre sus patas traseras.

- No sabía que había más lobos por aquí, es toda una sorpresa — dice el cánido azabache, moviendo la cola — encantado, me imagino que eres un alfa, ¿Verdad? Porque eres completamente gigante.

El lobo de Taehyung se acerca del todo, y el contrario, frunce el ceño.

- ¿Acaso no sabes hablar? Qué mala educación la tuya, todos en este reino sois la mar de imbéciles — el alfa se queda estático, dándose cuenta la falta de respeto de ese lobo — no pienso enseñarte el cuello, ni bajar la cabeza, ni mucho menos mostrarte ningún tipo de sumisión, yo soy un alma libre.

- ¿Acaso sabes a quién te estás dirigiendo? — gruñe el alfa, enseñándole los dientes, de forma amenazadora; sus ojos se abren completamente, al ver cómo el contrario, rueda los suyos — eres un omega, por tanto, me debes pleitesía.

- ¿Y eso exactamente por qué? A mi no me domina ningún maldito alfa — gruñe, poniéndose de nuevo en pie — además, me iré dentro de poco de este lugar, apesta a ti.

Y para sorpresa del alfa, el cánido azabache sale a correr, y una euforia hasta ahora desconocida, le fluye como la espuma por el interior; el lobo se relame, y sale a correr, sintiendo una adrenalina como nunca la había sentido, sus patas se mueven sin problema por todo el bosque, conociéndolo bastante mejor que ese pequeño omega.

Taehyung se sube a una de las rocas colindantes al rio, echando a correr detrás del lobo negro, que se detiene momentáneamente al ver que no le sigue, dejando surgir una triunfante sonrisa, que se esfuma en el segundo en el que el contrario le salta encima; por suerte, este al ser más pequeño, consigue separarse los centímetros suficientes para que no le aplaste, pero es tarde, pues le ha apresado.

Ambos lobos rozan narices, mientras que el omega está tumbado boca arriba, perdiéndose en los hermosos orbes esmeraldas del alfa, que olfatea al contrario, llenándose con ese aroma a lirio que desprende.

- Maldito — gruñe el omega, viéndose obligado a dar su cuello, pues la fuerte pata del alfa le gira el rostro, dejándole totalmente expuesto — sólo eres un lobo patético que no sabe ni transformarse — el cánido marrón gruñe en advertencia, pero le da igual — seguro que solo sabes hacerlo con la luna llena, porque ni siquiera te has parado a pensar que esto forma parte de ti, eres un desgraciado que no se merece el hermoso don de poder cambiar.

- Silencio, eres muy irrespetuoso — le dice, pasando su hocico por la parte de la glándula de aroma, sintiéndose tranquilo y lleno, relajado — te llevaré conmigo quieras o no, debes mostrarme respeto.

- Más quisieras — se ríe, apunto de atacar.

Las patas traseras del lobo negro pegan una fuerte patada en el estomago del alfa, que siente unas estupendas ganas de vomitar, dejándolo noqueado los segundos suficientes para poder levantarse, volviendo a echar a correr.

Taehyung se recupera, y no duda en seguirle, pero por desgracia para él, el lobo negro se mete de cabeza en el río, nadando sin dificultad alguna a través.

Ve con pena como acaba llegando a la otra orilla, para removerse y mirarle con clara burla, yéndose por la otra parte del bosque; temeroso se acerca al agua, metiendo una pata, pero helándose por la temperatura a la que se encuentra, y encima, sin saber nadar, pues nunca lo ha intentado.

Un aullido triste llena el bosque, haciéndole volver a su terreno, con el rabo entre las piernas.

The King and the thief ✹ TaeGi VHaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora