Aunque tiene ganas de saber de la vida de todos y en especial de que Jimin le cuente eso que quiere saber, Taehyung no se va con el omega hasta que Jungkook despierta y eso que pasan un par de horas, sintiéndose enormemente agradecido de tener a todas las personas que ama ahí.
Su corazón derrocha felicidad y dicha cuando ve a Yoongi sujetando a una de las cachorras, a su hija mayor con la otra y sus dos cachorros encima del futón mirando a su padre omega entre la preocupación y la tranquilidad de que esté despierto.
- ¿Os importa que me marche a hablar con Jimin? — les pregunta a sus dos omegas, los cuales le miran con atención — creo que tiene mucho que decirme y bueno—
- No te preocupes hyung — dice Jungkook con cansancio, sonriéndole — estoy bien atendido y cuidado — el alfa traga duro, viéndole la cara de derrota que tiene — lo has hecho perfecto, gracias por ayudarme a traerlas al mundo.
- Te amo — le susurra Taehyung, obteniendo un yo también que le estremece el cuerpo.
Entonces el alfa sale de la casa, dándose cuenta de que entre unas cosas y otras ya ha anochecido y ve cómo todos sus ex omegas están ahí fuera, con sus hijos mientras piensa en lo mucho que los ha extrañado a todos, teniendo tantas preguntas que no tiene ni idea de por qué empezar.
- Quería daros las gracias — todos los presentes le miran con atención, sonriéndole levemente — por todo lo anterior y por ahora.
- Le hemos extrañado, rey Taehyung — dice Seokjin, con diversión.
Se siente melancólico debido a esas palabras, hace tanto que no escucha a nadie más que a Yoongi decirle así que no puede evitar que todos los recuerdos que comparte con esas maravillosas personas le aborden de forma feroz; entonces sus ojos se van al pequeño cachorro pelirrojo que está sentado encima de las piernas de Namjoon, pensando que no podría haber tenido un mejor padre que él, alegrándose de que, a pesar de todo, sus personas queridas estén juntas y a salvo.
Y con un gesto sutil, no más que extenderle la mano, el omega de cabellos dorados y el alfa se van agarrados lejos de todos los demás, teniendo que hablar mucho más de lo que Taehyung puede imaginarse.
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Siente su corazón doler irremediablemente, pues es lo último que esperaba a pesar de que, al no ver a su cachorro, ya su mente le estaba avisando de lo peor.
- Teníamos que huir, Dahyun aun era muy pequeña y Yeonjun también — dice con pesar, manteniéndose fuerte como puede — el día que Seokjin vio que los guardias estaban rondando por donde vivíamos, nos fuimos dejando todo atrás, eso implicó pasarnos varias jornadas sin comida decente, ni agua prácticamente, los cachorros sufrieron mucho y yo bueno — sus manos aprietan el vientre, dolorido — perdí al segundo hijo que esperábamos debido a esas condiciones.
- Lo siento muchísimo, Jimin — Taehyung lo abraza con fuerza, queriendo hacerle olvidar todo lo que ha pasado — jamás me imaginé que podría pasar eso.
- Tuvimos tiempos difíciles, nuestra situación nos obligó a cazar animales y a pasarlo realmente mal, fueron un par de años bastante tensos, casi nos separamos Seokjin y yo debido a cómo sufríamos — el omega se separa, mirándole con nostalgia — solo me tranquilizaba saber que tú eras feliz con tu alma destinada y que probablemente tendrías más cachorros por ahí, unos que pudiesen transformarse en lobos como tú.
- ¿Cómo acabasteis aquí? ¿Y cómo llegaron Hoseok y Namjoon? — pregunta, con verdadera curiosidad en su interior.
- Un día vimos esta pequeña aldea y pensamos que nos juzgarían por ser una pareja de omegas, pero al contrario de lo que pensábamos, fuimos muy bien recibidos, pues todos los habitantes de aquí tienen situaciones como las nuestras; amores prohibidos, gente que ha huido o personas en momentos malos, ya estaba aquí ellos cuando llegaron — el rubio mira hacia la aldea, sonriendo — es un espacio seguro para las personas que no se rigen por lo que la sociedad nos impone, un sitio donde el amor es libre para todo el que lo sienta, independientemente de su casta.
- Nosotros nunca fuimos personas normales, eso siempre quedó claro — sonríe Taehyung, recordándolo todo — me alegro de que encontraseis un sitio seguro y cómodo para vivir y criar a los cachorros.
- Jamás me arrepentiré de haberme marchado con Seokjin, es mi segundo amor, pero mi amor para toda la vida — el alfa disfruta del brillo en los ojos del rubio, alegrándose tanto como él — vivimos juntos y somos felices, sin miedos ni ataduras, como siempre quisimos estar, además de tener dos hijos maravillosos, por ello te tengo que dar las gracias, no sé qué sería de mí si ellos tres no hubieran estado cuando perdí al cachorro, a nuestro bebé.
- Debió ser tan duro que no puedo ni imaginarme cómo lo superaste, pero al final, tú siempre fuiste mucho más fuerte que yo — dice el alfa, para guiñarle el ojo con diversión.
- Tal vez podríais quedaros un tiempo aquí, hay casas vacías, algunas bastante grandes para la manada que tienes — propone Jimin, apretándole el agarre de sus manos.
La posibilidad de que sus cachorros se críen en un ambiente seguro, libre de problemas y con sus demás hermanos es una idea que le llama bastante la atención, pero que está claro lo que debe hacer primero de todo.
Y es hablarlo con su hermoso, rebelde y problemático omega.
