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En la sala de entrenamientos los distintos concubinos del monarca miran con atención a los dos combatientes; Jimin observa de mala gana cómo su alfa observa con emoción en sus orbes al omega ladrón, que lo ha puesto todo patas arriba desde que llegó al castillo. Su rostro gira cuando siente una pequeña caricia en la mano, mirando dulcemente a Seokjin, que le devuelve la misma mirada.

- ¿Estás preocupado por nuestro rey? — le pregunta, acercando sus labios al oído de este — sabes que Taehyung es una gran combatiente, no debes temer.

- Sí lo hago — dice pesaroso, girando un poco su rostro; ambos omegas se quedan brevemente en silencio, por la cercanía, pero Jimin retoma la conversación — no me fio nada de ese omega, ¿Cuándo has visto tú que nuestro rey perdone a algún prisionero? mató a sus hermanos y tíos delante de mis ojos.

- No vas a dejar de ser su esposo — dice en un tono bajo de voz, alejándose — él te eligió a ti, ¿Verdad? Además, este prisionero no es su destinado.

El omega pelinegro intenta retirar la mano, pero Jimin se la entrelaza, desviando la mirada con intenciones de que no ocurra eso, y suspira, agotado por la situación que tiene que soportar a diario.

En especial, porque es el único que recuerda a qué apestaba su esposo cuando volvió la noche de la luna llena.

- ¿Empezamos, majestad? — ronronea Yoongi, moviendo burlonamente su navaja, frente a sus ojos — ¿Me dejará hacerle una cortadita? ¿No le apetece una cicatriz tan bonita como la mía?

- El primero que caiga al suelo, pierde — dice simplemente, sacando su espada de madera, sorprendiendo a Yoongi.

- ¿P-Por qué?

- Te prometí no hacerte ni una sola cicatriz más y mantengo mi promesa — desvía sus ojos a Namjoon que se acerca a ellos, sonriente — ¿Vas a ser tú el árbitro? Qué bien, eres el más objetivo.

- Gracias, mi rey — el moreno sonríe levemente cuando el monarca le agarra del mentón, fundiéndose con él en un pequeño beso.

El omega ladrón siente sus venas arder de furia, y saltándose los protocolos echa a correr hacia ellos, pero Taehyung sonríe de lado, empujando con cuidado a Namjoon, en el momento en el que se aparta de la trayectoria de la navaja de Yoongi.

Una sonrisa burlona aflora en los labios del castaño, que empieza a esquivar sin ningún tipo de problema la navaja del omega, sus movimientos son rápidos, pero no por nada él tiene los reflejos heredados de su lobo. Aunque el pelinegro se agacha de repente, llevando de forma certera la navaja al muslo de Taehyung, que grita.

- Yo no prometí lo mismo que tú — gruñe, sacando de un golpe la navaja — a mi no me importa una mierda llenarte de heridas con tal de quedarme.

Al castaño realmente no le da tiempo a pensar en ello, pues el pálido sube su brazo con todas las intenciones de rajar esa hermosa cara que tiene el rey que a duras penas consigue echarse hacia atrás, siendo rasgado en el ojo izquierdo.

Es una herida superficial, al contrario que la de la pierna, y los cinco concubinos se acercan al escenario, completamente preocupados por el rey.

- Fuera — gruñe Taehyung, utilizando su voz de alfa — esto es cosa nuestra.

Y Yoongi no se espera cuando la mano derecha de Taehyung le agarra fuerte del cuello, apretándole al nivel de no dejarle respirar; la tenebrosa mirada del alfa le atraviesa, dejándole ver nuevamente esos orbes esmeraldas que tiene el placer de ver en varias ocasiones. El pelinegro patalea, con el miedo subiéndole a raudales conforme sus pies se despegan del suelo, cada vez más asustado.

- No hablé nada de los hematomas — ronronea, apretando un poco más de lo debido.

El omega empieza a sentir que se queda sin aire, intenta subir su mano para utilizar su navaja, pero el alfa se la desecha sin ningún problema, tirándola lejos de ellos.

A pesar de las lágrimas que acuden a los ojos de Yoongi por estar ahogándose, el alfa no se inmuta, pues ahora mismo su personalidad más salvaje está dominando en su cuerpo y solo la sed de asesinar es la que manda.

- A-Alfa, por f-favor — lloriquea el omega, comenzando a ver borroso.

Pero el lobo de Yoongi no tiene intención ninguna de que su humano se quede en el sitio, y como tantas otras ocasiones, se mete un poco en su alma; los orbes fríos como el hielo del cánido y sus largas uñas solo acompañan a los colmillos afilados, tomando el poder.

Y Taehyung no ve venir el desgarro de su hanbok, a causa de las uñas de Yoongi, distrayéndole momentáneamente de su transición a lobo, para poder empujarle, cayendo ambos al suelo, con la diferencia de que es el alfa, el que da primero.

- H-He ganado, maldito rey — dice llorando, con la respiración acelerada y el cuerpo tembloroso — casi me matas.

- ¿Qué? — pregunta Taehyung; el alfa se incorpora, aterrado por cómo sus dedos han dejado una horrenda marca en la dermis del cuello contrario, y sus ojos dejan ir gruesas lágrimas de dolor — ¿E-Esto lo he hecho yo? Lo siento, incumplí mi promesa.

- Me prometió no dejarme cicatrices, mi rey — suspira, para luego tragar una gran bocanada de aire — por cierto, ya he decidido que trabajo voy a realizar a partir de ahora, alfa.

Taehyung asiente, dejándose caer hacia detrás aun con el omega encima, que casi puede menear la cola feliz.

- ¿Y cuál es? — pregunta Jimin, entrando con los demás concubinos.

- Voy a ser el criado personal de su majestad — todos le miran con los ojos abiertos desmesuradamente — pienso dedicarme a joderle la vida a tiempo completo — Yoongi levanta el dedo, pidiendo silencio — él me dijo que podría dedicarme a lo que yo quisiese.

Y Taehyung simplemente cierra los ojos, disimulando lo mejor que puede, esa pequeña sonrisa que lucha por salir de sus labios.

The King and the thief ✹ TaeGi VHaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora