1

840 97 77
                                    

Yo amo a mis padres. Y los llamo privilegio porque otros no tienen la suerte de siquiera ver a los suyos. A veces son tan y tan buenos que pienso que soy adoptado. Recibí los genes de su belleza mas sin embargo, no los de su inteligencia. Pero hago lo que puedo para obtener buenas calificaciones. Papá sirvió en la marina y ahora enseña eso. Mamá es dentista y le fascina su trabajo.

En cambio yo solo soy bueno en crear ropa de todo género. Estoy pensando en hacer un canal de YouTube y ser influencer en cuánto--

—Gulf Balboa. — Llama el profesor al final de todas las mesas de costura.

—¡Premsemte! — El chico habla con una tela entre sus dientes, alfileteros en sus muñecas y los dos flecos de su cabello hechos una cola de sirena. Ante la mirada letal del profesor, escupe la tela. Extrae y contrae la lengua durante segundos. Esperando así despojar su lengua de los hilachos vermes y camina al escritorio del profesor. Cauto y prudente, pregunta: —¿Sí, profesor?

—¿Puedes darle estos papeles a la señora Iris? Es que siempre terminas tu trabajo antes que los demás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Puedes darle estos papeles a la señora Iris? Es que siempre terminas tu trabajo antes que los demás. Aunque por lo que veo ese te ha tomado tiempo. No sé si asustarme o alegrarme por eso.

—Asustarse. Siempre que me iba temprano me pedía un icee y un cheesedog del mercado enfrente, ¿recuerda?

—El icee y el cheesedog. — El hombre recuerda compungido. Depositando sus ojos en alguna pared irrelevante. Gulf asiente como disculpa y se dirige al salón de la señora Iris. En cuánto le da la espalda a los estudiantes, uno tose: «Apellido Babosa. » y algunos le siguen la corriente. Dónde hay un payaso hay risas y no necesariamente por los chistes del payaso. Gulf para en seco y voltea.
El profesor golpea su escritorio con el cartabón a su lado intentando cesar el bullicio. —No se preocupe, profesor Heison. Yo me encargo. — El estudiante afirma.

—Precisamente eso es lo que me preocupa. — Responde tan rojo como un tomate.

—¡Oye, Jung! — Gulf llama y el tarado de la clase voltea. Sonriendo tal descendiente del Guasón. —Ya madura. En la Universidad los bullies pasaron de moda. — Cersiora entre asentires y un puchero empático. Jung lo fulmina con la mirada y cierra un puño. Se le escucha la piel tabicarse como elástico. Gulf empuja abierta la puerta y se va.

Retomando. Planeo ser un influencer y diseñador de moda. Y cuando quiero algo lo consigo hasta quemar la última neurona en mi cerebro. Aunque eso dije la otra vez y me sigue quedando una neurona. Quizás se reproducen rápido. Como los conejos. Con eso en mente, ¿cómo se reproducen las neuronas?

Gulf entra al aula de la señora Iris, pidiendo disculpas y le da los papeles. —Del profesor Heison, profesora Iris.

—Oh. Gracias, Gulf. — Ella es tan dulce que tanto su voz y su cuerpo adaptaron la forma de un malvavisco. Tenía el cabello blanco, anteojos redondos y un maquillaje exagerado, pero era tierna y exigente cuando quería. No se dejaba de nada ni por nadie. Todo lo que una persona debería ser. —No hay de qué, profesora Iris.

Los Hombres De Mi Papá•MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora