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En la sala de espera, Gulf no deja de brincar una rodilla y morderse la uña del pulgar

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En la sala de espera, Gulf no deja de brincar una rodilla y morderse la uña del pulgar. Ansioso y desesperado porque no han habido noticias de su amigo y su madre fue llamada a pasar hace media hora.
Las demás pacientes son mujeres reservadas. Cada una centrada en lo suyo.
«¡¿Me fuiste infiel?! » Gulf pega un brinco y busca la voz. Pero no ve a ninguna mujer alterada y la voz continua desde el televisor arriba. Alza la mirada y contempla la película. Una chica devastada le pide explicaciones a su novio. Ambos parecen estar heridos. Pero ella más que él.

«Lo siento, Aikung, solo fue un error--»

«¿Un error? ¿Acostarte con mi mejor amiga fue un “error”? A ver, ¿estabas borracho? »

«No.»

«¿Drogado? »

«No. Estaba consciente, pero, mi amor. La carne es débil. Lo sabes. »

«Perdóname, pero no. La carne es débil. Pero manejable. De lo contrario yo me hubiera acostado con todos los que me coqueteaban. Tú me protegiste de todos. Los apartaste. Pero al final me hiciste a un lado. Dime, ¿Valió la pena tanto esfuerzo para que al final me hicieras a un lado? »

«Yo te amo. Sólo me dejé llevar. »

Sus ojos se tornan llorosos y no quiere llorar o será imparable. Cuando recibe un mensaje de texto mira abajo al teléfono.

Nanon: Mi tío dijo que lo hizo. Pero no deja de preguntar el propósito.

Nanon: Entonces [inserta emoji de ojos👀] ¿Qué pasa?

Justo a punto de contestar, llega su mamá. Ella no deja de escanear el recibo clínico y las pastillas que necesita. Luce consternada y absorta. —Qué extraño. Me sugirió no tener relaciones sexuales porque es posible que tenga un tumor vesical.

—Oh por Dios, mamá, ¿eso es grave? — Gulf dramatiza al ponerse en pie. Fingiendo ingenuidad al asunto.

—Él dice que en mi caso no. Que se puede tratar. Mm. Verificaré más del asunto en Google y con mis compañeras en el dentista. Qué raro que no haya sentido nada. — Masajea su vientre. —Bueno. Ahora que lo pienso. Sí me duele un poco.

Los estómagos de ambos rugen con hambre y Gulf acaricia su propio vientre. —Seguro que es del hambre, mamá. — Dice para relajarla y tiene éxito. Ella ríe.

—Tú con tus elocuencias. Vamos. Dejo la receta en la farmacia y desayunamos algo. ¿Te parece?

—Me parece más que bien. — Ella rodea su cintura con un brazo. Él rodea sus pequeños hombros con el suyo y caminan como compañeros de toda la vida. Sin miedo a expresar su amor familiar. Los viese quién los viese. Pensarán lo que pensarán. Solo se tenían ellos dos. Encerrados en una burbuja protectora. Rodeados de incontables tiburones y peces ordinarios.

Los Hombres De Mi Papá•MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora