Lover Of Mine | Bradley Bradshaw

02

El sonido de mi alarma me despertó.

Las 6:30 a. m.

Cuando terminé de despertar me levanté de la cama y fui directamente a ducharme, dudaba un poco de si Rooster de verdad vendría a recogerme, así que quería estar lista en caso de que tuviera que llamar a Maverick. No tenía muchas ganas de conducir.

Justo cuando iba saliendo el timbre sonó.

– ¡Voy! – grité acercándome a la puerta y observé por la mirilla. Era Rooster así que abrí – Pasa

– Con permiso – dijo mientras se adentraba con dos bolsas en sus manos y las ponía en la mesa – Me tomé la libertad de comprarte el desayuno, espero que te siga gustando lo mismo que cuando estábamos en la...

Se detuvo y me di cuenta que no tenía mas que una toalla cubriéndome. Noté como se sonrojó levemente pero de igual manera me recorrió con la mirada. Ahora la sonrojada era yo.

– Una foto te duraría más – dije sacándolo de su pequeño trance y me dió la espalda.

– Ve a vestirte Cassie – habló con voz estrangulada – No deberías abrirle la puerta así a cualquiera

– No creas que lo hice para impresionarte Bradshaw – lo golpee en la nuca – Solo que llegaste literalmente una hora antes de lo acordado – lo dejé en la cocina y me fui a cambiar. Para cuando regresé ya había servido el desayuno y el aroma a café estaba presente, el muy desgraciado me conocía muy bien, había llevado waffles, mis favoritos.

– ¿Jugo o café? – preguntó una vez me tuvo en su campo de visión.

– Café, el jugo es para nenitas – dije y me mostró la lengua mientras servía jugo en su vaso.

– ¿Quién crees que sea nuestro instructor en la misión?

Decidí que lo mejor era no contarle que seguramente sería Maverick, ya que sabía de sobra que había retirado sus papeles años atrás y que Bradley no estaría nada contento con la noticia de que iba a tener que recibir órdenes de parte de él.

– No lo se, hay pocos nombres que podrían figurar para ese puesto

– Tienes razón – coincidió mientras llevaba lo que utilizamos al lavaplatos – Tendremos que esperar a ver con que nos sorprenden

Vaya que te vas a sorprender. Pensé.

Decidimos irnos unos quince minutos antes, por precaución. Al llegar nos encontramos a la mayoría, solo faltaban Harvard y Yale, en cuanto Phoenix nos vio me miró con una mezcla de sorpresa e incredulidad a lo que yo negué discretamente, pero alguien se nos adelantó para hablar.

– Me debes 30 Coyote – Hangman sonrió victorioso, mientras el moreno sacaba resignado su billetera.

– ¿Qué apostaron? – Bradley y yo lo miramos confundidos.

– A que dormirían juntos – movió las cejas de arriba a abajo.

El hombre pasó de la confusión a prácticamente tener un ataque de risa.

– Espera – dijo una vez que pudo respirar y se limpió una lágrima – Ustedes creen que Snow y yo...– no pudo continuar porque de nuevo se soltó a reír como si su vida dependiera de ello, los demás, menos Bob lo siguieron, a lo que Phoenix me miró con pena pues sabía que Rooster me gustaba y claro que me hirió un poco el ego que le resultara tan gracioso ese escenario.

La castaña se me acercó y nos alejamos de los hombres, al menos Bradley había dejado de reírse.

– No tuvimos sexo – dije a penas noté que iba a empezar a hablar.