Lover Of Mine | Bradley Bradshaw

extra 2

El tiempo pasó y ya faltaba menos de un mes para la llegada del pequeño Bradshaw, el embarazo había avanzado sin complicaciones, además de las horribles nauseas en el primer trimestre y los antojos que tenían a Bradley saliendo de madrugada todo estaba yendo viento en popa para la pareja, en todos los aspectos.

Cassie se encontraba terminando los últimos detalles en la habitación del bebé, la castaña había disfrutado mucho decorarla, acomodar las pequeñas prendas y los juguetes con los que algún día su hijo jugaría. Se paró en el centro de la habitación pensando en que muy pronto dejarían de ser solo ellos dos en la casa, además del golden retriever cachorro que habían adoptado hacía un par de meses.

– ¿Estás emocionado Odie? – le habló al perrito que se encontraba echado en la alfombra – Vas a convertirte en hermano mayor muy pronto bonito – recibió una mirada curiosa como respuesta.

De pronto sintió una pequeña punzada en la base del vientre que la hizo fruncir el ceño, dedujo que había sido una patada un poco más fuerte de lo usual pues el bebé, según la doctora, era bastante grande por lo que cada vez tenía menos espacio para moverse. Con cuidado se sentó en la mecedora e intentó disipar el dolor frotando su vientre.

– Parece que alguien más también está ansioso por llegar – volvió a ponerse de pie al cabo de un par de minutos y se dirigió a su habitación para poder recostarse, últimamente se cansaba muy rápido, tal vez tomaría una siesta.

Antes de quedarse dormida volvió a sentir otra "patada" pero estaba demasiado cansada para darle importancia, hasta que media hora después se incorporó rápidamente en la cama, aparentemente sin razón. Iba a llamar a Bradley esperando que ya hubiera regresado del supermercado, pero sintió algo extraño entre sus piernas, una mancha con un color ligeramente rosado muy tenue, se puso de pie con algo de dificultad quitó las sábanas y las llevó al cuarto de lavado.

Cuando iba de regreso la detuvo una punzada que la obligó a sostenerse de la pared y Cassie supo de inmediato que no era una falsa contracción por lo que entró en pánico por una fracción de segundo, el bebé ya venía y ella estaba sola pues no había rastro del castaño en la casa. Una vez se recuperó volvió a su habitación e intentó contactar a su novio sin éxito, la mandaba directamente al buzón así que llamó a Phoenix pues vivía relativamente cerca.

– Por favor responde – rogó en un susurro y al segundo tono descolgó – Nat. Gracias a Dios

– Hola Cass – saludó la castaña – ¿Cómo estás? Me imagino que cada vez más incómoda, ese pequeño debe estar...

– Phoenix – la cortó – Necesito que vengas

– ¿Qué?¿Por qué? – preguntó confundida y Cassie bufó ligeramente, su amiga era algo lenta cuando menos se ameritaba – ¿A caso se te antojó algo que no puedas pedirle a Brad..?

– Tienes que venir ahora – casi le rogó – Empecé con las contracciones, Bradley no está y tampoco recibe mis llamadas

– Ohh...¡Mierda! – se escuchó mucho ruido de pronto – No te preocupes ya llego

– Gracias – alcanzó a decirle antes de que colgara la llamada. 

La castaña tardó cerca de diez minutos en llegar y en ese tiempo cronometró solo una contracción más, llegó junto con Jake que ya todo el mundo sabía que estaban saliendo pero ellos insistían en negar lo innegable. En cuanto puso un pie en la habitación Phoenix se encargó de que estuviera cómoda.

– Estábamos cerca, por eso llegamos rápido – le dijo mientras la ayudaba a sentarse mejor – Solo que hay un pequeño problema

– ¿Qué pasa? – los miró a ambos.