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Cuando desperté lo primero que me llegó a la cabeza fueron los recuerdos de la noche anterior, yo encima de Bradley y como estuvimos a nada de besarnos en mi sillón. De pronto el dolor de cabeza y las ganas de vomitar eclipsaron el enojo que sentía conmigo misma.

Llegué al baño y alcancé a inclinarme sobre el inodoro para no hacerlo en el piso, de pronto sentí como unas manos me sujetaban el cabello y acariciaba mi espalda.

– Ya pasó – acarició mi cabeza mientras me sentaba en la orilla de la bañera.

– No vuelvo a beber – lloriquee.

– Siempre dices lo mismo – lo miré mal – Y lo vuelves a hacer – dijo para después salir del baño pero regresó en menos de un minuto con un vaso de agua y una pastilla.

– Gracias, eres un ángel – tomé la pastilla.

– Lo sé – sonrió orgulloso – ahora dúchate, apestas a tequila y apresúrate, tenemos que estar en la base un poco más temprano

Volvió a salir cerrando la puerta detrás de él. Una vez a solas comencé a maldecirme mentalmente por lo que había hecho anoche, aunque no sabía si estaba mas enojada por eso o por no haberme atrevido. Seguí dándole vueltas al asunto mientras el agua caía sobre mí, hasta que fue el momento de afrontar a Bradley en el desayuno.

– Lamento haberte despertado – dije una vez en la cocina.

– No te preocupes, ya tenía un buen rato despierto – dijo mientras ponía una taza de café frente a mí y le sonreí cómo agradecimiento.

– ¿Tú no tienes resaca? – le pregunté, puesto que no se notaba que hubiera pasado mala noche.

– Pff, para nada – sonrió – Por que, a diferencia de ti linda, yo si tengo resistencia al alcohol

No sabía que le había dado por llamarme linda, pero tampoco iba a quejarme como si no me gustara, así que decidí quedarme callada y agradecí internamente que no mencionara nada de lo que pasó anoche.

– En cuanto termines tu café nos vamos. Ya te preparé algo para que comas en el camino – lo miré – Voy a tomar una ducha rápida, si no te molesta

Negué con la cabeza – Adelante, hay cepillos nuevos en el gabinete

Se adentró a mi habitación y lo último que vi, fue su espalda cuando se quitó la camiseta. No tardé mucho en dejar la taza vacía y algunos minutos después salió Bradley ya cambiado.

– Vamos o se nos hará tarde – me apuró mientras me extendía una bolsa, supuse que contenía el desayuno que había mencionado.

No tardamos mucho en llegar a la base, la cabeza seguía punzándome un poco así que el hombre se apiadó un poco de mí y me prestó sus lentes de sol, alegando que tenía otros en su casillero. Al llegar recibimos las mismas miradas que el día anterior, pero esta vez no hubo risas de parte de nadie, ni apuestas, o al menos no lo mencionaron.

– Te ves terrible – se burló Phoenix cuando me acerqué a ella.

– Me siento terrible – le dije recostando mi cabeza contra la pared.

– ¿Y ahora que fue? – me quitó los lentes – ¿Qué te hizo el idiota de Rooster?

– Nada – volví a ponérmelos.

– Tu cara no dice lo mismo – me miró seria – En serio Cassie, si te hizo algo dímelo y lo pondré en su lugar

– Tengo esta cara por que estoy con resaca – me miró mal – Esa es una razón, y la otra es que anoche estuve a punto de besar a Bradley – admití y cerré los ojos, esperando su reacción.

Lover Of Mine | Bradley BradshawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora