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Sentí como los ojos se me llenaban de lágrimas por milésima vez en el día, había estado llorando desde que abrí los ojos a primera hora de la maña. Se suponía que este debía ser el día más feliz de mi vida, pero era bastante difícil hacerlo sin él a mi lado y creo que jamás podría acostumbrarme a su ausencia.

– ¿Cass? – una voz me sacó de mi trance.

– ¿Qué sucede? – miré a Amelia a través del espejo frente a mi.

– Nada, es que te quedaste mirando un punto fijo por varios minutos

– Lo siento – suspiré – Estaba pensando en...en papá

– Oh – me sonrió compasiva – Me encantaría poder abrazarte pero ambas sabemos que no vas a poder dejar de llorar si hago eso

– No te preocupes, tienes razón – reí leve – Igual a él no le gustaría que estuviera triste

Después de que me maquillaran y peinaran entraron Penny y mi madre para ayudarme con el vestido, después de varias lágrimas derramadas el fotógrafo me llamó para las fotos de la primera mirada que tendría con los tres hombres más importantes de mi vida. Primero fue Mav.

Me acerqué a él, estaba de espaldas e intenté hacer el menor ruido posible pero sabía que había escuchado mis pasos de todos modos, las hojas me delataban al romperse bajo mis pies. Me tomé unos segundos antes de suspirar y tocar su hombro.

Cuando quedamos frente a frente puedo jurar que vi un mar de emociones cruzar por su rostro, de inmediato sus ojos se llenaron de lágrimas mientras me miraba con una mezcla de orgullo y ternura.

– Mírate nada más – dijo con la voz entrecortada – Estás bellísima cariño, eres toda una mujer. Me siento tan orgulloso de ti

– Basta, me harás llorar – reímos mientras me limpiaba las lágrimas.

– Ven aquí – me rodeó en un abrazo en el que me sentí sumamente amada por él y mi padre al mismo tiempo. Besó mi cabeza antes de soltarme – Te amo

– También te amo Mav – besé su mejilla.

– Ahora ve con Bradley, se estaba volviendo loco cuando lo dejé. Si no es que ya lo estaba – soltamos una carcajada y el hombre me guio hacia donde estaba mi prometido.

Aún estando de espaldas a mi pude distinguir lo inquieto que estaba, a consecuencia de los nervios que seguramente estaba sintiendo. Repetí el mismo proceso que con Pete, acercándome lentamente y tocando su hombro al cabo de unos segundos. 

Su cara fue un poema cuando me tuvo en su campo de visión y de inmediato empezó a llorar mientras se acercaba, me miraba como si sintiera que estaba soñando y en cualquier momento despertaría.

– Estás preciosa, mi amor – besó mi frente.

– Tú no te quedas atrás, estás guapísimo – acaricié su mejilla.

– Si tuviera que volver a vivir todo lo que pasamos para llegar hasta aquí lo haría sin pensarlo, no me arrepiento de nada

– Te amo – lo abracé y sentí que me sostenía como si fuera lo más frágil del mundo y temiese romperme.

Nos sumimos en una burbuja de amor y abrazos por unos cuantos minutos antes de tomarnos fotografías en el bonito bosque que rodeaba el lugar donde sería la boda, después de nuestras fotos en pareja llegó el momento de las fotos familiares y que Derek me viera por primera vez.

A lo lejos distinguí la figura de Pete con mi hijo en brazos, intentando distraerlo para que pudiéramos capturar bien su rostro cuando me viera, asentí cuando el castaño me miró y le dijo algo en el oído a mi pequeño antes de ponerlo en el piso y girarlo en nuestra dirección.

Lover Of Mine | Bradley BradshawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora