Capitulo 1

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Hermione hizo caso omiso a la oleada de dolor que le atravesó el cuerpo.

-Vamos, cariño no le hagas esto,va mamá-susurró pasándose la mano por el abultado vientre.

Había tenido dolor intermitente durante todo el día, pero había decidido ignorarlos. Los libros decían que no había que preocuparse hasta que las contracciones fueran fuertes y separadas solo por un minuto. Ella tenía una cada hora por lo que no tenía que preocuparse.

Además era viernes por la noche y el ministerio estaba muy saturado de asuntos que arreglar. El tráfico de animales mágicos se estaba saliendo de las manos.

Hermione llevaba cuatro años haciendo su trabajo, y era muy buena. Le encantaba su trabajo como directora de asuntos mágico y criaturas.

Las cosas no habían salido con pensó con su relación con Viktor continúo con su embarazo, no sabía nada de él desdes hace unos meses, tampoco era como si le importará.

-¿Por qué no descansas un rato?-dijo luna entrando a su oficina.

-No hace falta. Estoy bien. De verdad.

Su amiga la miró con el ceño fruncido.

-De acuerdo-dijo finalmente. Pero te estaré vigilando.

-¿Ya te vas?-preguntó Hermione.

-No. Debo esperar a Theo, me dijo que hoy entraría un Auror nuevo, Harry está en Francia con Ron y no pueden recibirlo.

-Hable con él está mañana. Me habló de algo parecido. Bien creo que debo ir por un aperitivo, este bebé pide alimento-rió Hermione.

Sólo tenía que presentarse y estar unos minutos ahí adentro y sería libre para irse a casa. Al menos eso era lo que Draco pensaba. Parado en la entrada del ministerio apunto de salir corriendo. Cuando aquel pensamiento le cruzó por la cabeza, apretó los dientes y respiro profundo. No estaba dispuesto a sentirse culpable en aquel lugar, ya había saldado cuentas del pasado.

Draco deslizó su vista por el vestíbulo del lugar vigilando que nadie lo reconociera, pero ninguno de ellos lo reconocían. Sólo intenta relajarte y todo saldrá bien.

Una mujer preciosa apareció de la nada, colocándose cerca de una máquina de dulces mientras le dedicaba una sonrisa que podría iluminar todo el lugar.

Un instinto obligo a Draco a estirarse para tener una mejor visión más cerca de ella. Tenía el cabello rizado y de color castaño, y lo llevaba recogido con un prendedor plateado. Sus ojos era un color marrón oscuro, su piel tenía un aspecto suave y delicado. Su abultado vientre se hizo visible cuando cambio de posición.

Embarazada.

Draco sintió una punzada de desilusión, y deslizó su mirada hacia su mano. No tenía anillo de casada.

Frunció el ceño. ¿No estaba casada que idiota dejaría marchar una mujer así, especialmente si estaba esperando un hijo suyo?

-Hola, Hermione-dijo Theo acercándose hacía ellos dedicadole una sonrisa.

-Hola Theo-contestó ella tomando su golosina.

-Ya no queda nada para conocer a ese bebé -dijo Theo casi feliz, no sabes cómo está Luna con el tema. Pareciera que fuera a ella la madre- rió.

-Ni me lo digas la tengo todo el día en mí oficina.

-Solo te está cuidando-soltó Theo rascándose la cabeza, ya sabes cómo es ella.

-Si lo sé. Debo volver al trabajo.

-Sí. Ya no te detengo soltó Theo abriendole paso.

Hermione le dedicó una sonrisa y se marcho.

Como un rayo de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora