Capitulo 3

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-Todavia no entiendo como lo has hecho -dijo Nymphadora tomando un silla para sentarse a su lado-. Cuándo a mí me llegue el momento, si es que  eso ocurre alguna vez, quiero una cama de hospital médicos y muchos calmantes.

Hermione se rió.

-Eso habría estado bien-admitió mirando a su bebé-. Pero yo no cambiaría nada de lo ocurrido. Bueno excepto las molestias que les he causado-añadió sintiéndose culpable-. Lo siento. Nos marcharemos mañana a primera hora.

-No te preocupes por eso-aseguro Nymphadora haciendo un gesto con la mano-. Desde que me case y me fui esto ha estado muy vacío. Puedes quedarte unos días aquí. Siempre puede haber alguien que te eche la mano en cualquier cosa que necesites.

La idea no podía ser más atractiva-pensó Hermione. Le gustaba su pequeño departamento pero le resultaba reconfortante pensar en tener alguien cerca sus primeros días de maternidad. Había leído todos los libros, ido a clase de preparación de parto y charlando con todas las madres que conocía en el grupo de parto. Pero no por ello dejaba de asustarla la idea de hacerse cargo de un ser humano indefenso.

Tener compañía facilitaría su paso de ser madre soltera.

-Tal vez lo haga-respondió, asegurándose a sí misma que su deseo de quedarse no  tenía nada que ver con Draco. Gracias por la oferta.

-No tienes porque agradecer-aseguró Nymphadora con una sonrisa-. Créeme, a mí madre le encantará pasar su tiempo libre con el bebé y a mí tía Narcissa también.

Hermione se pregunto que sentiría al formar parte de una familia tan grande y tan cariñosa muy unidos, ya que las hermanas Black compartían casa.

-Tiene que ser estupendo para todas-reflexionó en voz alta-. Vivir juntas y no te preocupes cada una tiene su apartamento.

-Bueno la mayoría de las veces es divertido. Pero créeme tener departamento separados es una necesidad-aseguro Nymphadora. Quiero mucho a mí mamá y mí tía pero si no tuvieramos cada una nuestras puertas... Volaría hechizos por todas partes.

Al instante, Hermione recordó la pelea de Aberfoth y recordó cómo se había gritado con Draco. Todos los que trabajaban en la taberna estaban acostumbrados a su carácter temperamental y a su habilidad para gritarle a todo el mundo excepto a su hermana. A Hermione no le importaba sus gritos.

Todo el mundo sabía que la relación entre los Malfoy y los Dumbledore no había quedado bien después de la guerra.

Pero ella no se había dado cuenta de que Draco era un miembro del escuadrón de Aurores. Todavía podía sentir la sensación de estar entre los brazos de Draco, cerca de su pecho, el calor se sus manos sujetando la suya, mientras ella estaba dando a luz, su voz suave tranquilizadora, hablándole sin descanso en un intentó de ayudarla... Draco Malfoy era encantador. Y para la experiencia de Hermione, aquello era una rareza.

Se preguntó cómo habría sido su vida si el padre de su hija hubiera sido como Draco. Entonces tendría un hogar verdadero, una familia con la cual celebrar los cumpleaños. Pero en ves de aquello, estaban las dos solas. Hermione se dijo así misma que así estaba bien. Ella y la niña iban a estar estupendamente bien.

Draco me dijo que tuvo un altercado en la taberna de Aberfoth.

-Sí. Pero no fue más que una discusión.

-Ese viejo. Debería dejar el pasado atrás. Él solo era un crío estúpido, que solo obedecía órdenes. Pero ya me va oír ese vejete-dijo enojada Nymphadora. ¿Tú también piensas que él debe ser castigado?

Hermione dudo. No quería ofender a ninguno de los Malfoy. Después de todo, aquella noche le habían salvado el cuello. Habían sido amables y generosos, y uno de ellos Habían ayudado a su hija a nacer sana y salva mientras otro le sujetaba la mano y le calmaban sus temores.

Como un rayo de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora