No veo el problema-dijo Ginny mientras le hacía cariño a Chloe-. Quiero decir, ojalá todas tuvieramos que afrontar situaciones así de terribles. Un hombre guapo y rico que quiere pasar tiempo contigo. ¡Que horror! ¿Por qué no te tiras a la vía del tren para acabar con tanto sufrimiento?
-Muy graciosa.
Ginny había pasado a verla de camino a su turno y no había dejado de hablar de Draco.
-Vamos díselo a tu madre-dijo Ginny mirando a Chloe con seriedad-. Dile que se relaje y se divierta.
-Es muy fácil decirlo-respondió Hermione.
Había pasado casi una semana desde el día que ella y Chloe habían posado en la tienda para su primera fotografía juntas. Y durante ese tiempo Draco se había convertido en un visitante todavía más habitual de lo que era. Aparecía con una pizza, con un par de películas, comida china, etc. Hermione no sabía que iba a ocurrir después, y ese era el problema. Le gustaba saber. Le gustaba conocer los planes.
-No lo entiendo. ¿Qué es lo que tanto te inquieta?¿Acaso te molesta ese tipo?-preguntó entornando los ojos, como si de pronto hubiera dado con la clave del asunto. Claro es eso, ¿verdad? Tú quieres que te deje en paz y él se niega. ¿Es un acosador, o algo parecido? Porque si es así...
-¡No!-exclamó Hermione con la firmeza que la bebé de un respingo en brazos de Luna-. No es eso en absoluto. Él es todo lo contrario. Que me gusta.
-Entonces relajante y disfruta.
-No puedo.
-¿Por qué no?
Para Ginny las cosas eran blancas o negras. Aunque claro, ella no tenía que preocuparse de un bebé. Pero en cuanto aquel pensamiento se le cruzó por la cabeza, Hermione lo rechazó al instante. No era Chloe la que le impedía dejarse llevar por las atenciones de Draco. Era una cuestión suya. Hermione había confiado y en un hombre una vez, y él la había dejado sola y embarazada. No era que pensara que Draco fuese ese tipo de hombre, pero tampoco lo hubiera esperado de Viktor.
-Ya se lo que estás pensando.
¿Ah sí? ¿En qué?
-Estas comparando a Draco Malfoy con ese inútil y bárbaro mala persona de krum...-comenzó a decir Ginny antes de taparle las orejas de la niña para que no escuchara el nombre de su padre.
-No los comparo.
-¿No?
-De acuerdo, tal vez. Un poco. Pero es lógico, ¿no?
-Supongo que sí-admitio Ginny recostandose sobre los cojines y mirando a Chloe a los ojos. Pero no todos los hombres son como ese tipo. Vas a ingresar a ese lugar que me contaste una vez donde las mujeres guardan su castidad.
-Se llama convento.
-Eso un convento.
-No creí que acepten madres solteras.
-Pues peor para ellos.
Hermione sonrió ante aquella conversación absurda. Siempre había podido contar con Ginny para todo. Era una buena amiga, y comprendía por lo que había tenido que pasar cuando Viktor la abandono para casarse con su prometida. Pero Ginny venia de una familia unida y cariñosa. Tenía padres, 6 hermanos que se burlaban de ella, sobrinos de ignoraba lo que era sentirse absolutamente sola, no tener a nadie en quién apoyarse cuando te golpeaban las piernas para hacerte caer.
Hermione no podía arriesgarse a que volvieran hacerle tanto daño, porque está vez afectaría a Chloe.
Ginny consulto su reloj, suspiro con frustración y depósito a la niña cuidadosamente sobre los cojines del sofá.
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Como un rayo de luz
Romance¿Realmente todo está perdido? ¿Aún puedo volver a empezar? Esa eran las preguntas que, Draco Malfoy se hacia todas las noches antes de dormir, pero eso cambio aquella noche cuando decidio ayudar a Hermione Granger.