¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La música fuerte resonaba en mi departamento, que estaba casi vacío. Iba a estudiar en otro país, no había alternativa, era la carrera de mis sueños. Por esa razón Kyle y yo habíamos terminado, o por lo menos yo le corté, era difícil mantener una relación a distancia y yo lo sabía más que nadie, por ello no quería hacerle pasar un mal momento al chico de antemano. Al principio él se río, negando todo lo que llegase a venir por eso: no más picnics al aire libre ni menos mirar el cielo acostados en el prado, nunca volver a ver películas de terror juntos...
Mentir seria decir que no estuve deprimida aquellos días, que no quise mandar todo a la mierda y volver con él para serle devota toda mi vida porque lo amaba con toda mi alma. En verdad quería eso pero mi vida es más grande que eso en estos momentos de mi vida. Pensaba que si tanto nos queriamos, debíamos esperar el momento correcto. Y así fue como él aceptó la ruptura, aunque no lo quisiera hacer.
Hasta el día de hoy no supe como afrontó esto días después de separarnos completamente. Lo había visto por última vez el día que termine con él, el día que lloró en mi pecho por una hora y dormimos juntos por última vez, abrazados como sí fuese el último día de nuestras vidas, realmente se sintió así.
Y aquí me encuentro ahora, aislada en mi apartamento de la fiesta nocturna que la fraternidad de Kyle había organizado. Tenia muchas ganas de ir pero preferí priorizar mi salud mental, sabía que pisar ese lugar me llevaría al quiebre.
Lo único que me quedaba era el sofá, en el cual iba a dormir esta última noche, pero lo veía imposible dado los ruidos de la fiesta y mis pensamientos que taladraban mi cerebro en busca de opciones alternativas para no dejarlo a Kyle. Pero toda esa maquinaria mental se detuvo cuando se escucharon golpes en la puerta. Nadie había llamado a mi piso, cosa que me asustó por lo que empecé a recordar todo lo que había aprendido viendo videos de artes marciales en caso de que sea un asesino.
En vez de toparme con un acosador me encontré a un rubio con el cabello desordenado y mejillas sonrojadas.
— Li, aún no te has ido — habló bajo pero se notaba que su voz estaba agitada, parecía estar mareado ya que intentaba mantenerse sobre sus pies.
Supongo que aun no quiere soltar habitos; él era el único que me llamaba "Li" como diminutivo de Callie.
— No tienes que estar aquí y lo sabes — lo mire de arriba para abajo fingiendo estar disgustada, quería aparentar para no caer.
— Quiero estar una última vez contigo — y se abalanzó a mis brazos sabiendo que lo iba a agarrar.
A penas se desplomó en mí, me senté en el piso para no tener que cargarlo y pudiera estar cómodo. Era impresionante el olor a alcohol que emanaba, algo muy raro de él.
— Estas ebrio, Kyle — dije mientras veía como este apoyaba su cabeza en mis piernas — Te tengo que llevar a casa —
— ¡No, no lo hagas! — gritó y subió su cabeza para mirarme y luego tomar mi rostro con sus dos manos — Por favor, Li — bajó su tono a uno más calmado.
Todo esto era lo que no tenía que hacer, especialmente volver a mirar sus ojos café, que eran los causantes de todas mis emociones y los que más iba a extrañar.
— No me hagas esto — baje la mirada para evitar la suya.
Él solo suspiro como si estuviera rendido pero solo estaba borracho y confundido. Probablemente se olvidará de esto mañana mientras que yo lo recuerde toda la vida.
Volvió a mis piernas, acostado boca arriba alzando sus brazos para tocar mi largo cabello castaño que caía sobre su rostro. En otra ocasión me habría reído por la cara de tonto que tenia ahora, concentrado en mi pelo y enrendando sus dedos en él como si fuera un bebé. Era el ser más tierno de todos y yo lo iba a abandonar.
— Recuerda que te amo — musito para luego enfocar sus cafés en mis verdes.
Y así nos quedamos callados por un rato hasta que se sentó con la espalda en la pared, aun con su mirada fija en la mía.
No quería que me vea llorar porque sabía que él también lo haría sin importar el estado en el que esté. Por eso me tumbé en su pecho para escuchar su corazón una última vez y dejar que mis lagrimas mojen su camisa azul oscuro. Él me arropó con sus fuertes brazos y apoyó su cabeza en la mía después de depositar un casto beso en ella.
Siempre me habían gustado sus caricias en mi pelo, me mantenían serena y tranquila, parecía terapia. Cuánto los iba a extrañar.
Con solo recopilar por todo lo que hemos vivido juntos, rompí en llanto y ahora Kyle lo notaba.
Me aferré más a él y él apretó mas su abrazo. No podía ver su rostro en este momento pero tampoco quería hacerlo porque sabia que me destrozaría y haría mi corazón pedacitos.
Esta noche iba a ser la última, la última que pasemos juntos y eso es mi culpa. No podía hacer nada más que apreciar este momento y saber que no volverá a pasar. Pero eso es parte de crecer, ¿No?
Aun así la sola idea de que nos volveriamos a encontrar me era posible. Siempre terminamos en los brazos del otro al final del día.
Solo es cuestión de tiempo que nos volvamos a encontrar.