Capitulo 7

321 10 2
                                    

LEAH


Despierto por un rayo de luz golpeando mi cara, con mucha pereza abro mis ojos y lo primero que veo es una habitación totalmente distinta a la mía, me miró y estoy completamente desnuda, entonces recuerdo lo que pasó ayer.

—Dios mío Leah, que tía tan hija de puta —me regañe. Pongo un pie fuera de la cama, tomo mi ropa y me comienzo a vestir rápido.

La habitación era muy hermosa, se veía que este hombre estaba podrido en dinero, hay Leah, que idiota eres, recuerda que es millonario.

Tome mi bolso de aquel lindo sofá en el que se encontraba y salí de aquella habitación, sin saber a dónde ir, bajo unas escaleras y llegó a un piso donde hay una gran sala, camino en busca de la salida pero solo llegó a la cocina en donde veo a una linda mujer, al verme da un saltito del susto.

—Lo siento, buenos días, ¿Dónde está la salida? —me maldigo por lo que dije, pero ella debe saber.

—Buenos días linda, por aqui —me llevo hasta un elevador, la mire confundida, ¿Como mierda había un elevador en esta casa? Nuevamente me maldigo, es obvio, estamos hablando del hombre millonario, lo puede todo—. Este elevador te lleva a la salida, te acompaño para que no te pierdas —me sonrió amablemente.

Cuando íbamos a entrar una voz nos interrumpe, joder, era el.

—Yo la llevo Mar, muchas gracias —la señora asiente y se aleja—. Buenos días, ¿Se iba sin despedirse de mi? —alzo una ceja.

—Crei... Creí que se había ido —titubee nerviosa, ¿Porque mierda este hombre me ponía así?

—Te llevaré a tu casa, es peligroso que andes sola —apreto el botón del elevador, subimos y las puertas se cerraron.

—Gracias —aprete mi bolsa con mis manos, estar cerca de el me ponía nerviosa, muy nerviosa.

El silencio inundó el elevador, cuando las puertas de este se abrieron ambos salimos de ahí, caminamos hasta un gran estacionamiento donde habían varios autos de todo tipo de marca y colores estacionados, me quede impactada por la cantidad, el noto mi asombro y dijo.

—No te asombres, aún faltan más solo que los tiene mi hermano y algunos están en mi agencia —saco las llaves de su auto. Re afirmó, este hombre tenia para poner una empresa de autos si quería.

—Son... muchísimos —le dije mirando cada uno de ellos, eran impresionantes, tenía un auto para cada ocasión.

—Solo son veinte los que hay aquí, aún faltan diez, si no es que más —me abrió la puerta de un lindo auto negro de la marca Ferrari.

Subí con mucho cuidado, se veia tan limpio que me daba miedo ensuciarlo con mi ropa o con solo tocarlo.

—Tranquila que no se ensucia, tampoco te diría nada si llegara a pasar, no es mi favorito —me miro arrancando el auto. Estoy segura que mis mejillas ya estaban ruborizadas.

—¿No te gusta? —lo mire alzando una ceja, típico de los millonarios, teniéndolo todo esto se les hacía poco.

—No tanto, es un modelo viejo, pero igual sirve como nuevo —dijo normal mientras conducía, se veía jodidamente bien.

Oscura Lujuria Where stories live. Discover now