Capitulo 16

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LEAH



Los días en la mansión se habían pasado muy rápidos, aún recuerdo la primera noche estando aquí, no pude pegar el ojo de solo pensar en mi familia, me sentía frustrada conmigo misma por permitir y aceptar esto.

Hasta ahorita el trabajo marchaba muy bien, me encargaba solo de hacer los avalúos, investigar a los próximos compradores, entre otras cosas.

A Joel no lo veía desde ayer por la mañana, mientras él no estaba yo seguía con mi trabajo normal, al único que veía era a Gian y al señor Gregory.

Había terminado con mi trabajo después de unas horas, me levanté de la silla y me estiré un poco, me sentía casada pues había pasado muy malas noches. La puerta se abre de golpe dejando ver a dos hombres de gran estatura, uno de ellos tiene mucho parecido a Joel, cabello castaño lacio, ojos negros, unas gruesas cejas, piel blanca y la barba un poco recortada. El otro chico tiene el cabello negro, es alto, también tiene la barba recortada, ojos verdes, es de piel blanca y en su brazo tiene muchos tatuajes.

Ambos me miran de pies a cabeza, yo hago lo mismo y sus miradas sobre mi hacen que me ponga nerviosa, lamo mis labios y jugueteó con mis manos para después al fin hablar.

—Hola, buenas noches —les sonrío con amabilidad.

—Hola bella —me saluda el chico de tatuajes en el brazo.

—¿Donde está Joel? —me mira con seriedad el chico a su lado.

—El señor Joel no se encuentra, ¿Ustedes son? —levantó una ceja esperando a que me digan sus nombres.

—Erick Colon, un gusto, amigo de Joel —estrecha su mano hacia mi y gustosa la acepto.

—Soy Emanuel, el hermano —camina hasta el escritorio en el que estaba trabajando y tomo unos papeles.

—No puede tomar eso —informó de manera formal, si bien, Joel me dijo que nadie podía tocar ni hojear ningún papel de la oficina.

—Tranquila nena, él tiene permitido tomar esos papeles —añade Erick.

Emanuel hojea los documentos y le toma foto a unos, trago saliva, temo a que Joel me regañe por dejarlos hacer esto, me dijo que nadie podía intervenir en mi trabajo y que de ninguna manera dejara que estos papeles estuvieran expuestos, deben ser muy importantes.

—Avísale a Joel que estuvimos aquí, la chica está temblando —rie el de ojos verdes—. Y dile que su mujer llega hoy por la noche —vuelve a reír, yo solo volteo los ojos y miro a otro lado.

Espera, ¿Mujer? ¿Este hombre era casado?

—Tranquila hermosa, ¿Crees que sería capaz de hacer algo en contra de mi hermano? Por favor, tienes que conocernos más —se dirige a mi el chico de pelo castaño—. Yo le digo, vámonos, tenemos que llevar esto a la bodega.

—Créame que en este mundo hasta en su propia familia desconfía uno, y uno nunca sabe quien lo podrá apuñalar por la espalda —el chico se da la vuelta y me mira con frialdad—. Pero simplemente es mi trabajo y si algo pasa la responsabilidad cae sobre mi, ¿Si están de acuerdo, no? —le digo con firmeza, no me intimidan, pero siendo mafiosos me dan temor.

—¿Que acabas de decir niñita? ¿Insinúas que le jugaría sucio a mi propio hermano? —se acerca a mi retador, mantengo mi postura, por mas que busca intimidarme, no lo logra—. Te repito, no me conoces ni un poquito, esas hermosas tetas y esa bonita cara no van con ese carácter de mierda que tienes, ya vi porque mi hermano te contrato —se ríe mirándome a los ojos.

Oscura Lujuria Where stories live. Discover now