Capitulo 15

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LEAH



De ahora en adelante has entregado tu vida, lealtad y compromiso al:

Líder Joel de león.

La camioneta negra polarizada se estaciona frente a mi casa, esas últimas palabras aún están en mi cabeza como hace un momento. ¿Como le iba a explicar a mis padres que me iba de la casa? Aún no sabía ni siquiera que les iba a decir, no tenía una excusa concreta, ni se si me van a creer lo que les diga.

Ahora mi vida estaba completamente en manos de un mafioso.

Bajo de la camioneta y antes de entrar a mi casa miro a una de las vecinas de mi vivienda, miran con cierto interés la camioneta de Joel y veo como entre ellas se susurran algo, estoy segura que ya han de estar hablando sobre mi.

Niego con la cabeza, doy un gran suspiro y abro la puerta, miro a mi padre junto a mi mamá y hermana en el comedor, están a punto de almorzar.

—Mi niña, que bueno que llegas, ¿Te voy sirviendo la comida? —habla mi mamá mirándome con una sonrisa, se me hace un nudo en la garganta, pero se que todo esto lo hago por ellos.

—No, gracias mamá, coman ustedes, ahora vuelvo para hablar con ustedes —los tres se miran entre sí y luego me miran a mi perplejos. Camino hasta mi habitación y agarro una maleta grande para meter mis cosas.

Mientras guardo todo lo que necesitare siento un gran nudo en mi garganta, se que todo esto vale la pena, por la salud de mi papá y para que ellos puedan tener una mejor vida. Termino de ordenar todo, tomo otra pequeña maleta y guardo mis cosas de aseo personal, maquillaje, cremas, mi plancha del cabello, entre otras cosas de higiene.

Salgo con mi maleta hasta la sala, mi papá es el primero en mirarme y se levanta rápidamente, mi mamá y mi hermana miran mi maleta y luego a mi, están muy confundidas por todo esto. Suspiro pesadamente y me preparo para hablar.

—Me voy de la casa —los miro a los tres con tristeza, dejar mi hogar me duele, pero todo esto lo hago por ellos y para ellos.

—¡¿Que?! ¡¿Estás loca Leah?! No puedes irte así como así, ¿A donde iras? —dice mi padre mirándome serio, lo que menos quiero ahora es que se lleve malas noticias, por su salud, no es bueno.

—Escúchenme, me ofrecieron un muy buen trabajo y con eso no nos faltará nada, papá, tendrás tus consultas médicas cada mes, a cómo debe de ser, y tus medicinas ya no te faltarán nunca más, esto lo hago por ustedes, me tengo que ir porque el trabajo me lo pide.

—¿Pero a donde te vas hija? ¿Con quien? —pregunta mi mamá mirándome preocupada.

—Es un señor que conocí hace mucho tiempo en el restaurante, me ofreció esta oportunidad y decidí tomarla porque es buen trabajo —mi papá no se mira tan convencido y solo ruego porque mi mamá me crea.

—Ay mi niña, no tienes porque irte, con lo que yo gano podremos salir adelante —mi mamá se acerca a mi y me toma de las manos.

—Mamá, yo ya acepté, le di mi palabra al señor De León.

—Pero mi amor, puedes decirle que ya no necesitarás trabajar más, inventa una excusa —me ruega mi mamá con un nudo en su garganta, me duele tanto verlos sufrir por mi partida, pero no puedo retractarme, ya firme ese contrato.

Oscura Lujuria Where stories live. Discover now