| 31 | Nayeon

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Empezó abrir sus ojos lentamente mientras sentía una ligera luz llegar hacia ellos, por inercia los volvió a cerrar con el fin de adaptarse a esta.

Sentía su cuerpo pesado y su cabeza dolía con forme empezaba a despertar. Y estaba a punto de volver a intentar dormir si no fuera que los recuerdos llegaron derrepente.

El sonido de las llantas derrapando en la cera de la calle, los vehículos que los rodearon sin dejar escapatoria. La fuerza con la que lo tomaron dejándolo inmóvil junto con el recuerdo del olor a cloroformo y más aún. Los rostros de sus niños al ser arrebatados de su lado por unos completos desconocidos.

Ya recordaba que los habían secuestrado de regreso a casa.

- Mierda - fue lo único que dijo cuando se sentó de golpe en su lugar, causando que su cabeza doliera -

Pero aún así forzó sus ojos a acostumbrarse a la luz que lo alumbraba y una vez aclarando su mirada pudo ver mejor su entorno y donde se encontraba.

Ahora podía visualizar que estaba sentado en una enorme cama, enserio era enorme, con sabanas blancas cubriendo su cuerpo y mirando más allá veía lo que era un enorme ventanal justo a un lado de el que era tapado por cortinas de tela fina que permitían el paso de la luz necesaria.

Estaba en una habitación que podría jugar que era casi tres o cuatro veces más grande que su propio cuarto y eso es lo más raro.

Se supone que estaban "secuestrados" no debían estar en un lugar demaciado lujoso como ese.

Esperen...¿Estaban?

Giro su confundida mirada hacia a un costado de la cama encontrando el cuerpo durmiente de su peli negro amigo. Quien estaba más que agusto con la comodidad que le brindaban esas sabanas de algodón teniendo hasta un pequeño y tierno puchero en sus labios.

Pero lo que le importaba ahora era encontrar a sus hijos, no los veía en ninguna parte de aquel lugar.

- Geonu, hyung despierta - movió un poco al mayor para que al menos estuviera un poco conciente - Hyung...

- Ah, cinco minutos más - se quejó el pelo negro mientras giraba su cuerpo hacia el lado contrario del castaño y con una almohada cubría su rostro -

- En cinco minutos más quizás no volvamos a ver a los niños así que mejor levantate - tomó una almohada y lo golpeo con suficiente fuerza para que este se levantará, molesto claro, al interrumpir su sueño -

- Heeseung pero que... - sus palabras quedaron en corto al darse cuenta de que no estaban en la habitación del menor y que tampoco tenía a sus revoltosos mocosos a un lado - ¿Donde estamos?

Dijo con un tono asustado, ahora que estaba más despierto recordó como lo habían subido a una camioneta y de ahí en más todo se volvía borroso.

- No lo se, no recuerdo más allá de cuando mi cabeza fue golpeada - dijo mientras retiraba las sabanas y de igual manera intentaba ponerse de pie -

Y digo intentaba por que al momento de poner un pie fuera de la cama su cabeza empezó a dar vueltas, ocasionando que perdiera el equilibrio y si no fuera por que el mayor reaccionó de manera rápida mientras tiraba de su camisa, estuviera ahora en el suelo de madera de aquel lugar.

- Oye ten cuidado - dijo Geonu cuando este se sentó de golpe ante el tirón que le dio para que cayera en la cama - Dijiste que recibiste un golpe en la cabeza, así que tranquilo.

El castaño estaba más que mareado, mantenía sus ojos cerrados y su mano en su cabeza en un intento inútil de estabilizar aquellos mareos.

Sintió la presencia del mayor detrás de él aún arriba de la cama y de igual manera como posaba una de su manos sobre su hombro en muestra de apoyo.

¡Un Papá Para Todos! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora