Desperté alrededor de las doce del mediodía. La luz que se filtraba por el ventanal me dejó momentáneamente cegado, acompañada por el canto de algunos pájaros cercanos. Intenté incorporarme, pero unos brazos se aferraban a mi cintura sin intención de soltarme. Al mirar al extraño que me aprisionaba, me sorprendí al descubrir que era Jimin. Sin intenciones de alejarme, contemplé su rostro; tenía unas pequeñas cicatrices en su pómulo derecho y uno que otro moretón.
Perdí algunos minutos contemplando su belleza antes de darme cuenta de que ya estaba despierto, mirándome con rubor en sus mejillas y una pequeña sonrisa avergonzada.
—Buenos días —susurró.
—Buenos días, ¿cómo dormiste? —pregunté, observando cómo se sonrojaba al ver la posición en la que nos encontrábamos.
—Bien —respondió sin romper el abrazo. —Quisiera agradecerles por cuidar de mí. Tal vez tengan muchas dudas, pero me es imposible revelar más de lo que ya saben sobre mí —dijo, observando el ventanal.
—Me alegra saber que te encuentras mejor. El único que tiene más de una pregunta es mi mejor amigo Taehyung. Cuando llegué contigo en brazos, casi gritó emocionado al verte —comenté divertido. —Mi única inquietud es saber por qué estabas tan desesperado por quitar tus alas —pregunté, mirándolo a los ojos.
—Me lo puedo imaginar. De igual manera, muchas gracias por rescatarme. Como ya sabrán, soy un hada del bosque. Cuando tú me encontraste, estaba siendo agredido por...-
La puerta de la habitación fue abierta bruscamente por Taehyung, quien interrumpió a Jimin. Al vernos abrazados, no tardó en comenzar a gritar y saltar emocionado. Se abalanzó hacia la cama, quedando en medio.
—Hola, Jimin, soy Taehyung, el mejor amigo de este intento de ser humano llamado Jungkook. No te preocupes, soy muy amigable. Desde que llegaste, tengo tantas preguntas. ¿Eres un hada? ¿Puedes transformarte en cualquier ser mitológico? O mejor aún, ¿tienes poderes sobrenaturales? —preguntó demasiado emocionado.
El hada quedó en shock ante tantas preguntas.
—Hola, mucho gusto, Taehyung. Sí, soy un hada. Me temo que no puedo convertirme en otro ser mitológico y sí—respondió con una leve sonrisa avergonzada.
Pasaron algunos minutos hablando alegremente, ignorando totalmente mi presencia.
Un fuerte ruido en el estómago del hada los sacó de su burbuja, haciendo que este se sonrojara hasta las orejas y tapara su estómago con ambas manos.
—¡Qué adorable eres! —gritó eufórico Taehyung, abrazando deliberadamente a Jimin.
Me levanté de la cama algo receloso por ese abrazo correspondido entre ambos. Me puse mis pantuflas y rodeé la cama. —Ven, debemos ir a desayunar, y al finalizar me gustaría hablar contigo —comenté, alzando mi mano derecha para que la tomara y así ayudarlo a salir de esos brazos ajenos que tanto me incomodaban.
Taehyung se quedó en la habitación pensativo ante la reacción de Jungkook.
Al salir de la habitación, parecía que estábamos en algún juego de fútbol americano, pues mis compañeros estaban peleando por sus pertenencias y objetos personales. Había olvidado que eran muy desorganizados a la hora de empacar para irnos.
Aproveché la distracción sobre nosotros y tomé delicadamente la mano de Jimin para correr a través de los pasillos hasta la cocina. Al llegar, vimos que no quedaba nada de comida. Le sugerí a Jimin que hiciéramos algo para desayunar; optamos por unos huevos revueltos con arroz. Me confesó que nunca había cocinado, y eso fue aún más divertido, ya que no sabía partir un huevo a la mitad.
Cuando creímos que estuvieron cocidos, los servimos en platos diferentes y nos sentamos en la mesa de madera. Sin embargo, las muecas que hicimos al probar nuestra comida fueron muy divertidas, ya que el huevo estaba crudo, al igual que el arroz. Al final, tiramos todo y optamos por un plato de cereal con leche.
Entre pequeñas risas por lo ocurrido anteriormente desayunamos.
Al regresar a la habitación, nos quedamos paralizados por el caos que reinaba dentro. Parecía como si un huracán hubiera pasado por allí; mis lienzos yacían en el suelo, desgarrados y salpicados de pintura, como si fueran testigos mudos de una tragedia. Busqué frenéticamente entre los escombros, pero mi obra maestra, la pieza que había dedicado horas de mi vida a perfeccionar, había desaparecido sin dejar rastro. El corazón me latía con fuerza, la desesperación se apoderaba de mi ser y las lágrimas amenazaban con empañar mi vista. Quería gritar, golpear al culpable de todo esto, pero me contuve, sofocado por la impotencia. En medio de ese torbellino de emociones, unos brazos cálidos me envolvieron, ofreciéndome un refugio en medio de la tormenta. Me dejé caer entre ellos, sintiendo el consuelo y el calor que me ofrecían, mientras el dolor y la angustia se desvanecían.
ESTÁS LEYENDO
Lienzos de Amor y Misterio - KookMin
FanficEn el mágico crepúsculo de un bosque encantado, Jeon Jungkook, un apasionado estudiante de artes visuales, descubre un amor prohibido con Park Jimin, un hada cautiva de cabello rubio y ojos color miel. A medida que su relación florece entre pinceles...