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¿Jimin logró decirle su secreto a Min?

La respuesta es clara, no.

No pudo, cada vez que lo intentaba, algo pasaba. Se caía, se emborrachaba, o simplemente sus palabras no salían.

Desde aquella noche dónde durmieron en el suelo de la habitación; Jimin desistió de la idea de intentar desnudarse por completo con aquel hombre.

Su mente le decía que quizás era una señal del destino, y lo mejor era dejar las cosas tal cómo estaban. Aunque en su corazón sintiera una presión al ver los ojos de Min, y recordar que lo estaba engañando.

A Min le dolía ver ese destello de tristeza en los ojitos de su ángel cada vez que lo miraba y la mirada de su ángel se iba a otro planeta. Presentía que aquel tesoro que escondía Jimin lo estaba torturando. Sin embargo, él sólo se dedicaba a mimarlo y amarlo, se repetía una y otra vez que esa boquita hablaría cuando estuviera lista y segura de dar de ese paso.

Sí, claro que el chico de mirada gatuna podría sentarse y hablarle, intentar que su novio sea libre de esas cadenas. Y lo intentó, claro que lo hizo, pero cada vez que abría su boca para decirle que podría contarle eso que le presionaba su corazoncito; Jimin apartaba su mirada, lloraba, se cubría el rostro, y ejercía el voto de silencio. Sólo los sollozos del rubio los acompañaban en ese momento.

Eso era algo que Min no soportaba, así que desistía de la idea, esperaría otro poco más.

El chico de mirada gatuna, lo alzaba en brazos, le besaba las manos que cubrían aquel rostro, y caminaba con el chico hacia la habitación o el sofá. Allí sólo lo acariciaba con ternura, le recordaba el amor que sentía hacia él, se retiraba su saco y lo cubría con delicadeza, dejando besos en la cabellera rubia. Buscando que ese acto eliminará aunque sea un poco del tormento de su pareja.

Jimin muchas veces caía dormido ante las caricias de Min, otras veces simplemente se levantaba del regazo impropio, lo miraba a los ojos, le sonreía y se marchaba a su apartamento sin decir una sola palabra.

Así se cumplieron nueve meses de su relación.

Yoongi se esmeraba por amar a Jimin, lo cuidaba cómo si de su vida se tratase. Y es que en realidad, ese rubio era la vida de Min. Aquel hombre, respiraba, comía, dormía, sonreía y hasta era más apasionado tocando el piano; sólo por Jimin. Porque aquel bonito chico lo transportaba a un mundo en donde simplemente él era feliz, y no dudaba en demostrar su felicidad con la sonrisa que se dibujaba en el momento exacto en donde veía a su ángel caído.

Jimin adoraba con el alma a Min, lo amaba con cada fibra de su ser. Le encantaba verlo dormir, y despertarlo con besos que entre sueños el peliplatinado le respondía con suaves ronroneos. Su gatito se había convertido en su vida. Jimin, bailaba con más pasión; sólo para ver la sonrisa seductora de su novio. Sus caídas eran divertidas, ya que en muchas ocasiones; el que caía junto a él era Min. Su vida era más bonita si estaba con su gatito, su corazón se sentía libre. Amaba despertar en aquellos brazos, adoraba bailar y ser apresado protectoramente por aquellas manos. Jimin vivía enamorado de cada segundo que pasaba con su amor.

 Jimin vivía enamorado de cada segundo que pasaba con su amor

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¡¿𝚈 𝚜𝚒 𝚌𝚊𝚎𝚜 𝚜𝚘𝚋𝚛𝚎 𝚖𝚒?! ||+18|| 𝚈𝚘𝚘𝚗𝙼𝚒𝚗.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora