No habían nacido omegas en la realeza desde hace 20 años, estaban casi extintos, pero en el reino más importante uno de los mellizos que tuvo la antigua reina fue Omega y tendrá que lidiar con los problemas que tendría ser de esa casta.
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Tarde, demasiado tarde, era normal de él, pero ese día no podía llegar tarde, con prisa saltaba cualquier cosa que le impidiera paso, giraba se agachaba, saludaba a las personas al pasar con su sonrisa llena de amabilidad, sin ser visto se escabulle a la parte trasera del castillo dónde hacia una puerta secreta que solo pocas personas conocían, una rubia esperaba su llegada con los brazos cruzados, habían quedado en que no podía faltar esta vez, nunca le hacía caso ese hermano suyo, el castaño llegó con la respiración agitada mientras gotas de sudor rodaban por su frente, sin dejarlo tomar aire la gemela lo arrastra directo a su cuarto buscando que Harlequin se cambiara para poder ir a la reunión más importante del reino.
Lo primero que hace es tirarse en su cama para recibir una mala mirada de Elaine.
── Te dije que no tardarás ───Regaña la joven frunciendo el ceño.
── Me distraje ───Excusa el castaño, estaba pensando no asistir aquella molesta fiesta, a último momento recordó que su melliza sería regañada por ayudarle a escapar y no podía permitirlo.
── Cámbiate, con esas ropas ambos acabaremos regañados, te veo abajo ───Sale de la habitación dándole una privacidad al chico.
Cambio su vestimenta por unas adecuadas según el estándar de la nobleza, sale de su habitación dirigiéndose al área principal donde estaba la reunión, demasiada gente desconocida estaba presente que con trabajo visualizo a sus hermanos.
Camina nervioso hacia su hermano mayor, el cual voltea a verle con una sonrisa que le dio inseguridades.
── Harlequin, quiero presentarte alguien ───Un rubio asoma de lado del de cabellera roja. ── El rey Meliodas.
── Mucho gusto, futuro príncipe Harlequin ───Saluda extendiendo si mano para estrecharlas.
── El gusto es mío, rey Meliodas ───Responde tratando de ser gentil con una sonrisa algo forzada.
── Pronto serás coronado ───Comenta tratando de sacar conversación al momento que, Gloxinia se fue a saludar a otros invitados.
── Si, dentro de unos meses... ───Murmura sin mucho ánimo, ve hacia al rubio. ── Usted pronto se casará ¿no es así?
── Si, debo hacerlo ───Contesta con simpleza.
── ¿No te gustaría casarte con alguien que realmente ames? ───En voz baja pregunto para que nadie más escuchara, luego se creaban chismes.
── Aunque quisiera, no se puede, es como una obligación ───Explica con una sonrisa, el castaño suelta una risa.
── No quiero ser rey, veo a mi hermano estar ocupado durante todo el día, hace cosas muy aburridas ───Se le escapa un suspiro, el rubio ríe al ver sus expresiones. ── No le veo la gracia.
