diez

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presentación
—— Ω ——

El pelinegro caminaba hacia su habitación con tranquilidad cuando una voz familiar para él invade su oído, fastidiado de escuchar su nombre varias veces voltea topándose con su hermano mayor.

– ¿Sucede algo? —Interroga sin mucho interés.

– Hoy debes estar disponible para cualquier momento —Informa dejando confuso al menor. – Vendrá Arturo a conocerte.

– ¿Qué? —No le agrada la idea por lo que decide marcharse.

– Si no estas presente cuando él este me veré a la obligación de mandarte a buscar —Avisa. – Si no es por las buenas serán por las malas.

– Bien —Acepta sin otra opción.

– Es raro que un alfa se case con un beta, pero así lo decidió nuestro padre antes de irse —Comenta teniendo la atención del pelinegro, realmente era raro.

– ¿Me puedo ir? —Pregunta recibiendo de repuesta el asentir de su hermano.

Dirigiéndose a su cuarto se puso a pensar en aquel desconocido para él, Arturo, su prometido, un supuesto beta, supuesto porque nadie sabia realmente que era y llegaron a esa conclusión.

Se tira sobre su cama apenas la ve, un suspiro ligero se le escapa ínterin se volteaba a ver el techo. Ase el libro que tenía a un costado, al empezar a leer su puerta es golpeada con algo de fuerza por lo que se levanta para abrirla encontrándose con una rubia.

[ ínterin: es una intervalo de tiempo que transcurre entre dos acciones o etapas, es parecido a "Entretanto" y/o "mientras" ]
[ Asir: Tomar o agarrar a alguien o algo, con las manos. {verbo presente él, ella, ud; Ase. ]

– Zeldris —Sonríe la contraria.

– ¿Ya llego? —Cuestiona sin mucho ánimos de salir.

– Si, le espera abajo —Contesta divertida. – Debería sonreír, espantara a su prometido con esas expresiones.

– Que linda eres Gelda —Bufa rodeando los ojos enojado.

– Apúrense —Empuja al peligro para que avance.

Al bajar se encuentra con dos personas platicando un joven de cabellos naranjas y una mujer pelinegra con cabellos cortos, ambos voltean a verle.

– ¿Tu eres Zeldris? —El chico le mira de pies a cabeza.

– Si, Arturo, ¿verdad? —El nombrado asiente. – Un placer conocerlo.

– Igual —Voltea a ver a la maga.

– Los dejó solos, necesitan privacidad —Se despide con una leve reverencia.

– ... ¿Gusta dar una vuelta por el castillo? —Pregunta el de cabellos oscuros.

– Claro —Acepta siguiéndole.

El pelinegro le enseñaba las habitaciones y respondía a las preguntas tan formales del contrario, llegaron hasta la habitación del mayor debido a que iba por su libro.

– ¿Qué lees? —Sostiene el libro siendo observado por el dueño.

– Eso no te incumbe —Le quita el libro. – Perdone, pero yo no quería verle.

– Ni yo, pero debía conocer a mi futuro esposo —Desvía la vista con una mueca.

– Aclárame una duda —Pide obteniendo la atención del pelirrojo. – ¿Qué eres?, ¿un beta?

– ... —Analiza la situación para saber que decir. – nos vamos a casar así que te diré.

– Adelante —Se sienta sobre su cama sin apartar la vista del chico.

– Soy un omega —Confiesa, deja que sus feromonas sean olfateadas.

Los ojos verdes del mayor mostraban asombro ante la revelación, el aroma del menor apresa el interés del joven, las mejillas del pelirrojo se tiñen de rojo por la vergüenza de tener cerca al alfa que tenía casi cerca de su cuello.

– Hueles bien —Murmura acercándose más. – Naranja...

Sin notarlo el alfa también deja salir sus feromonas, el pelirrojo estaba más sonrojado, el pelinegro se aleja mirando a los ojos a su prometido quien estaba confundido, al sentir el aroma del alfa se sorprende.

– Tu aroma... Canela... —Olfatea con los ojos cerrados, una risa contraria hace que los abra. – ¿Q-Qué?

– ¿Estas nervioso? —Le mira con una ceja alzada.

– Claro que no —Desvía la mirada frunciendo el ceño.

Otra risa se le escapa por lo que recibe un bufido por el contrario quien no le parecía gracioso, la puerta de la habitación se abrí dejando ver a un rubio quien sonreía.

– Meliodas-Sama —Arturo saluda.

– Espero que se lleven bien, permíteme robarme a mi hermano unos minutos —El pelirrojo asiente.

Ambos hermanos se retiran para después dejar pasar a una mujer pelinegra quien tenía una sonrisa de victoria y eso molesto al rey de camelot.

– Le dije que se llevarían bien —Habla con superioridad. – ¿tuve o no razón?

– Si... Le conté que soy omega —Avisa desviando la mirada.

– En algún momento se iba a enterar, ¿no? —La pelinegra despeina al menor.

– Si, supongo que casarme con él no este tan mal —Aquello asombra a la mayor. – Parece divertido aunque creo que algo oculta.

– Poco a poco lo conocerá, tal vez el le haga abrir los ojos —Supone mirando el techo. – La magia es algo grandioso.

– Tu lo dices porque no has... —Calla observando el suelo. – No hablemos de eso, ¿si?

– Claro, majestad —Responde.

...

Caminaban por una parte del castillo bastante vacía, el silencio reinaba aunque no fuera incómodo sino lo contrario, ambos se sentían bien con la compañía del otro, a pesar de que apenas se conocían algo causaba que sintieran un especie de cariño por el contrario.

Ambos eran observados por la pelinegra quien esperaba que aquello funcionará, en el poco tiempo que convivió con Arturo le agarro cariño.

El pelirrojo dudoso agarra de la mano al pelinegro sin previo aviso, empieza ha avanzar más rápido evitando que el contrario procese todo lo que pasaba, llegaron a una parte donde nadie estaba y le invita a sentarse a su lado, señala una constelación para decirle que era su favorita.

– ¿Por qué lo es? —Pregunta.

– Veras... —Empieza a contar por lo que el pelinegro se recuesta sobre su hombro.

La hora de ida no se hace esperar, los dos se sonríen como despedida, no había esta para nada mal el día, la compañía del otro fue agradable para ambos.

El pelinegro trata de huir a su cuarto antes de que salgan preguntas, pero la voz de su hermano se lo impide.

– No te diré nada —Aclara cruzado de brazos.

– Con verte se que estas feliz —Burla divertido.

– Cállate —Se sonroja leve.

– ¿Al final que piensas sobre casarte con él? —Interroga curioso.

– Pues... No esta mal —Responde en voz baja.

El pelinegro se retiro a su cuarto apenas suelta eso, al final la presentación no estuvo mal, tal vez al principio dudo sobre si podía llevarse bien con aquel... omega, pero parecía que podían cruzarse palabras y crear un ambiente relajante juntos.

﹫¿un omega? | melingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora