Diesciocho

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— ...Saturno...cariño...no crees...¿Que fuiste muy duro con...Tierra?

— ¿Duro?, oh por favor Júpiter...tierra a veces no es un santo.

Dijo mientras cepillaba su cabello viendo cómo iba quedando en un pequeño espejo, para luego levantarse e ir con su esposo.

— ¡A veces debemos corregir a los niños! — Toma las mejillas del mas grande apretandolas.

— ...lo...lo sé amor. Pero fuiste muy rudo con el...no debiste gritarle...no me gusto eso de tu parte. — Quita las manos de su pareja de su cara.

— ...

— Digo...no estuvo bien...

— ...Ay Júpiter, Tierra hizo muy mal en insultar a pluton, eso no hubiera pasado si simplemente no hubiera Sido un tonto con el.

— ...Recuerda que...todo esto es a causa de los terrícolas de tierra...que le lavan el cerebro cada día...tierra no es el mismo de antes y no es su culpa satur...

— ...

— Tampoco ninguno de los planetas que tanto cuidamos...desde que los vimos por primera vez...ya no son como pequeños...niños.

— ...

— ...Debemos...dejar de tratarlos como unos...y es algo que quise decirte desde hace un tiempo.

— ...per—

— nada de peros...Saturno.

Júpiter toma los hombros de su amado, para juntarlo a el de un choque, odiaba admirir lo que dijo, pero no le gustaba ver a aquellos planetas que eran lo suficientemente grandes como ellos sufrir por sus regaños...además, ni siquiera son sus padres para hacerlo, solo son planetas grandes y mayores que ellos que los encontraron.

— ...Creo...que tienes razón...su-supongo.

— Tranquilo...

Acaricia el bello cabello largo de su planeta con anillos, quien no sabía si llorar o darle la razón a aquel planeta que tanto ama...y que siempre tiene "razón."

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