Fin.

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Las parejas tienen sus momentos malos, todas las tienen, pero eso no significa que se odien, ninguna persona es perfecta.

Ninguna pareja tiene la misma mentalidad que la otra, pues, de eso se trata tener una pareja, de dos personas completamente distintas se unen, se enamoran, se desean.

No toda las parejas son felices, pero tampoco todas son tristes, las parejas tienen su momentos felices, no todas pueden terminar en un final feliz, pero no significa que todas terminan mal.

Solo es cuestión de que ambos sean lo suficientemente maduros para entenderse, nadie es lo suficientemente maduro para amar, pero amar, es algo que aprendes, no naces con ello.

—...—Apreto su libro con fuerza, empezando a lagrimear, quitando los lentes de su rostro, deseando que Saturno vuelva.

Lo necesita y lo ama.

—...Estúpido...estupido...—Dice Saturno, limpiando sus lágrimas, deseando que Jupiter venga por el y se disculpe.

Ninguno nació con la capacidad de amar, ninguno de ellos dos nació sabiendo que era lo que sentían, ellos solo abrieron los ojos y ya, todo lo que sabían es que tenían una vida dura que seguir, pues son planetas, un solo mal movimiento de ambos puede destruir todo.

Como una jarra de cristal, una que no puede repararse.

Pero quizás con el suficiente pegamento...

Ninguno quiere perderse, se supone que ambos son los más grandes del sistema y los más maduros, lo que darían su vida por qué todos los que son sus hijos, o los planetas que tanto cuidan estén a salvo, pero, ¿Quién los cuido a ambos?, ¿Quién les enseñó a como reparar?

Nadie.

Pero ninguno de los dos, es inmaduro para conocer lo que hicieron, pero eran demasiado tontos para saber cómo repararlo.

Ellos mismos se cuidaban, se protegían entre si, se escuchaban y siempre que se necesitaban, están ahí para ambos, estaban juntos. Y nadie podía separar ese hilo que está siendo estirado de formas impresionantes, pero aún con lo mayor que sea jalado el hilo, no se rompía, no importa que tan separados estaban.

¿Por qué el amor tiene que ser tan cruel?

No sabrían decirlo, pues no lo saben, ninguno de ellos sabe nada, son solo niños que aprendieron a ser adultos, pero ni eso, son completamente diferentes, cada uno de ellos tiene sus sueños y metas, pero por culpa de lo que son...no pueden.

A menos...que lo logren hacer juntos
¿Cierto?

El amor duele, pero también puede reparar todo.

"Saturno..."
"Júpiter..."

"Por favor perdoname."

Ahora solo deben decírselo a la cara, solo deben abrir su boca y exclamarlo, debían ser maduros por alguna vez en su vida, ya que ambos cometieron el mismo error. Ninguno de ellos se salva de ser culpable.

—...

—...

Están allí, mirándose, quieren abrazarse y besarse como siempre lo hacen, buscar reconfortante como siempre lo hicieron, estar solos, como siempre lo estuvieron. Solo se tenían a ellos, los demás no importaban, eran los únicos reales en este universo.

Júpiter empezó a caminar hacia la órbita de Saturno.

Saturno tomo fuerzas, acomodando su largo cabello para verse elegante y fino como siempre.

Júpiter cerró los ojos con fuerza, conteniendo las lágrimas, deseando que Saturno no se burle de él por lo iba a decir.

Saturno suspiro, mostrandose firme y dominante ante lo que le iba a decir a Júpiter, no iba a insistir y menos llorar si le dice lo contrario.

Hasta que de estar tan concentrados en pensar, ya estaban cara a cara. Júpiter vio esa belleza inigualable a cualquier otro planeta, siempre que veía a Saturno quería tocarlo y abrazarlo, decirle lo hermoso que es cada día, ya que a Saturno, su pareja, le encanta eso. Saturno siempre que veía a Júpiter no podía evitar quedarse mirándolo, su amor era tan amable y tierno con el que no quería dejarlo ir nunca, era todo lo que conoce y lo que lo pone feliz, su gran y única esperanza de amar.

Son los único que aman.

—...Yo...—Dijo Júpiter.

—¿...Tú?—Pregunto Saturno, usando su tono bobo.

Júpiter sonrio un poco, jugando con sus manos grandes, suspirando y mirando a Saturno con pequeñas estrellas en sus ojos, decidido a hablar, pero fue interceptado por el dedo de saturno tocar sus labios, callandolo, luego acariciar su rostro con la misma mano, arreglando sus cabellos que también son largos.

"Perdoname."

Dijieron al mismo tiempo, callandose con sus manos, ¡Se habían interrumpido!, eso era grosero.

—P-perdon, ¡Di lo que tenías que decir!—Jupiter movió los brazos, nervioso.

—¡No, tú dilo primero!, ¡Yo te interrumpí!—Dijo Saturno, aguantándose la risa.

—¡D-digamoslo los dos!—Recomendo Júpiter, sonriendo bobo.

—¡OKAY!—Dijo Saturno, emocionado.

Uno...dos...

—PERDONAM–...—Fue interrumpido por un beso en sus labios, uno tierno y sincero.

Saturno lo beso, no quería explicar con palabras lo que estaba dispuesto a demostrar, ama a Júpiter más que nada y no necesita de una estúpida disculpa para que lo sepa, Júpiter es suyo y siempre lo será, el es de Júpiter y siempre lo será, no importa por la pelea que sea.

Ambos se aman, y aún que en otros universos sea diferente...

Sus almas están unidas.

Se separó del beso, acariciando el rostro de Júpiter que estaba rosado, Saturno se rió otra vez, mirándolo con un lindo brillo en sus ojos, como dos estrellas. Júpiter sacudió su cabeza y miró a su amor ahí, tomándole y sonriendo.

Sonrió, tomando de la cadera a Saturno, abrazándolo, Saturno se le tomó con sorpresa esto, el anillo seguía en su dedo brillando, y el anillo de Júpiter seguía allí, en su dedo también, ninguno de los dos se lo quito bajo ninguna circunstancia.

—Perdoname...e-en serio...—La voz de Júpiter se quebró.

—Te perdono, pero tú perdoname también...—Saturno tambien se rompía, aruñando la espalda de Júpiter.

—Te amo...te amo, te amo...te amo Saturno.—Dijo recalcado en el hombro del mencionado, llorando.

—Te amo, yo también te amo, te adoro Júpiter...mi esposo...—Saturno también lloraba, separándose y limpiando su cara.

—...¿Por qué nunca dejas de ser hermoso?—Pregunto Júpiter con ironía, tocando la mejilla de Saturno.

—Tch, ya deberías saberlo, querido. Tu puedes verlo...pero si no estás, ¡Pierdo mi encanto!—Dijo Saturno dejando de llorar, sonando presumido.

—Pff...jaja...—Se ríe el mayor, acercándose al rostro de Saturno.

"Nunca cambies."

Dijo Jupiter, antes de besar a su Esposo de nuevo.







Fin.

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