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Namjoon se despertó con un terrible dolor de cabeza y un suave olor a alcohol, observando a su alrededor noto que estaba en su habitación sabiendo que seguramente había hecho un gran espectáculo porque se conocía cuando bebía.

Se levantó haciendo una mueca por el dolor que casi le cercenaba la cabeza, sin tomarse nada se dirigió hacia la ducha en donde abrió el agua fría y se metió sin contemplaciones.

Estaba solo en ropa interior y no sabían si se los habían quitado o el mismo lo había hecho durante la noche, pero eso no importaba, bajo el agua fría su cabeza se despejó lo suficiente como para pensar a pesar del dolor sordo que sentía, al menos era por resaca.

Apoyando la cabeza en los fríos azulejos y con el agua de la regadera cayendo sobre su espalda se maldijo internamente, que bebiera no era una buena señal.

Hace un tiempo atrás había pasado por una etapa algo etílica en su vida, donde pasaba más tiempo borracho y con resaca que sobrio. Fue una etapa difícil debe decir y de la cual el único que estuvo enterado era su hermano mayor.

Había estado tan en la mierda, recordaba vagamente que siempre que despertaba la habitación siempre era un desastre y sabía que en las últimas borracheras se solía poner más violento, había agradecido que nunca hubiera lastimado a alguien más porque sabía que era capaz de hacerlo, así que sus empleados tenían órdenes estrictas de no intervenir en nada.

Solía levantarse casi al medio día a comer cualquier cosa menos una comida decente y se suponía que después de ello trabaja unas horas y en verdad era una completa mentira porque nunca estaba lo suficientemente cuerdo para hacerlo y luego de un tiempo dejo de importarle cualquier cosa que no fuera alcoholizarse.

Solía llorar, gritar y demostrar su desesperación de esa manera esperando en algún momento la persona de su deseo, desesperación y anhelo cruzara por la puerta y le dijera que todo estaba bien que había vuelto, solo que eso nunca sucedió y en lugar de su tesoro el único que llego fue Dom.

Sus empleados se habían preocupado por él lo suficiente para llamar a su hermano mayor, quien intento dialogar con él al menos en sus momentos sobrios sin embargo eso no lo hizo recapacitar porque explicar sus motivos para estar tan mal solo lo volvían a poner mal.

Creía que el límite de su hermano fue cuando tuvo una de sus grandes borracheras, se había vuelto loco rompiendo todas las botellas de la habitación que servía como licorera, su hermano seguramente no lo había visto nunca así de violento y vuelto loco.

Después de su ataque violento había vomitado en toda la habitación y no estaba tan seguro si se había desmayado en su propio vómito, sin embargo eso fue suficiente para que su hermano decidiera intervenir.

Cuando despertó estaba en una habitación de invitados en donde solo estaba una cama sin sabanas así como tampoco alguna mesa de noche, cuando fue a abrir la puerta del baño e ingreso a revisarlo noto lo solo que estaba, no había pasta dental, cepillos, artículos de limpieza o cualquier cosa para una ducha decente, lo único que había era papel higiénico.

En el armario no había nada de ropa, solo la que tenía puesta además en la habitación no había nada con lo cual podía hacerse daño, su hermano lo había encerrado en esa habitación dos semanas completas.

Y en verdad estuvo agradecido porque desintoxicarse fue doloroso y exasperante, su hermano se había hecho cargo de sus negocios y lo cuido durante todo ese tiempo sin mencionar que no le había dicho nada al resto de su familia.

Solo él pudo ver su sufrimiento y su dolor, uno tan profundo que le había casi carcomido toda el alma, se había enamorado y eso casi le cuesta todo. Cuando las dos semanas habían pasado lo habían sacado de la habitación y aunque no le prohibiendo el alcohol el mismo dio la orden de que no hubiera nada de alcohol a la vista

Un Kim (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora