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Seokjin sabía que algo raro estaba sucediendo. No sabía qué, pero entendía que las cosas estaban más serias de lo que Namjoon dejaba ver y no podía decir que eran por sus heridas porque estas ya prácticamente estaban curadas.

Una semana después de que tuviera sexo con Namjoon había recibido un regalo de él que constaba de unas fotografías que se habían subastado hace mucho tiempo. Había estado muy feliz por las fotografías porque eran difíciles de conseguir y solo existían los originales y una copia.

Estaba de más decir que él recibió la copia cuando le había agradecido a Namjoon. Este se había puesto pálido y había recogido las fotografías diciendo que había habido un error y que esas no eran las que le había planeado regalar.

Tres días después obtuvo las fotos originales, en ese instante no le tomó importancia porque comprendía que quizás me quería dar una sorpresa que se arruinó porque las fotografías encargadas fueron equivocadas.

Podía decirse que no había manera de confundirse, pero el mismo que había en ocasiones lidiado con situaciones similares era más común de lo que parecía.

Después de ello, había estado semanas en su nube de felicidad. Namjoon era un hombre del cual podría enamorarse muy fácilmente. Desde esa ocasión no habían tenido relaciones, pero sí habían avanzado mucho en su relación.

Si tenían besos y arrumacos, incluso unos que otros orgasmos, pero de ahí nada más. Namjoon quería tomarse su tiempo según para conocerse más. Y quien era Seokjin para negarse, además, le gustó mucho que tomara el tiempo de conocerlo y no solo quererlo por su cuerpo.

Claro que estaba consciente de que en situaciones Namjoon lo desnudaba y le hacía de todo solo con una mirada. Era un doncel deseado, era claro.

— ¿Estás bien? — Seokjin salió de sus pensamientos y observó que frente a él estaba Namjoon, como si le estuviera pidiendo matrimonio.

—Lo estoy —fue la respuesta del doncel y Namjoon solo lo escaneo.

— ¿Seguro? Sé que estás pasando por algo porque estabas perdido en tus pensamientos —Seokjin negó con una sonrisa y se inclinó para darle un suave beso.

—Podría acostumbrarme a esto —le dijo con una sonrisa, levantándose del piso y colocando sus manos en los apoyabrazos del sofá en donde se encontraba sentado Seokjin.

Le dio un suave beso y luego otro y otro. Fue un lindo momento hasta que Namjoon hizo que Seokjin se levantara del sofá y luego este tomó asiento para hacer que el doncel se sentara en sus piernas.

—Esto es nuevo —le dijo el doncel cuando Namjoon inició a dejar suaves besos por su cuello—. Me gusta —Namjoon sonrió dándole una suave mordida que causó que Seokjin le diera un pequeño golpe en el pecho.

—He estado pensando algo que puede gustarte mucho —Namjoon le susurró al oído y Seokjin en esta ocasión se acomodó para poder ver el rostro de Namjoon sentándose un poco de lado en su regazo.

— ¿En serio? Me pregunto: ¿qué podría ser? — Namjoon le dio un breve mordisco a su lóbulo, enviando corrientes a todo su cuerpo.

—Vacaciones —Seokjin frunció el ceño ante ello. —Unas largas vacaciones que podríamos tomar como una luna de miel —ante esta mención, Seokjin de repente recordó que al final no había tenido una respuesta acerca de su boda o al menos una que fuera creíble.

— ¿Una luna de miel? —Seokjin le dijo dándole suaves besos en la mandíbula recibiendo un sonido afirmativo de su esposo —Aunque no recuerdo que me hayas propuesto matrimonio —Namjoon estaba distraído y había notado que podía sacar breve información cuando estaba en ese estado.

Un Kim (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora