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—Tengo serias dudas de por qué estás recostado en mi sofá cuando me estoy tomando mi tiempo para que tu próximo libro sea un récord de ventas —Seokjin solo soltó un suspiro ante el tono de Jungkook.

—Tengo problemas —fue su respuesta.

—Eso lo noté desde que acaparaste mi sofá hace más de cuatro horas y has estado quemando incienso de almizcle, benjuí, bergamota y vetiver —Seokjin parpadeó levemente y Jungkook solo le tiró una bola de papel que le dio en el estómago.

—Quiero muchas cosas —fue la respuesta de Seokjin.

—Y todas ellas se relacionan, así que si piensas quedarte otras cuatro horas, dime para pedir bocadillos y si te apetece hasta podemos hacer pijamada —el tono con el cual se lo dijo fue sarcástico.

—He tenido regresiones, experimentó ansiedad, pánico, pesadillas y mucho desequilibrio emocional —las manos de Jungkook se congelaron sobre los documentos que revisaba, dejando que su amigo continuará halando.

—Anoche tuve recuerdos de lo que sucedió y temo que puedo volver a recordar, además creo que Namjoon me oculta alto —las lágrimas se habían deslizado por los costados de sus ojos.

—Mierda —fue lo que dijo Jungkook para levantarse y dirigirse hacia Seokjin —cuéntale todo al psicólogo Jungkook —Seokjin solo soltó una risita y limpió sus lágrimas, las cuales siempre funcionaban con Jungkook.

—Ya te dije todo, estoy recordando el periodo oscuro de mi vida y me oculta cosas —Jungkook rodó los ojos, pero decidió ser todo un profesional en esto de la psicología.

—Comprendo, pero ¿Eso cómo te hace sentir? — El doncel se quedó callado unos minutos, detallando la pregunta antes de responderla. —No lo sé, es complicado —Jungkook bufó ante ello y la verdad tenía cosas mejores que hacer que hacerle caso a las diatribas de Seokjin que tuvo que escuchar porque soltó lágrimas de cocodrilo.

Era débil ante las lágrimas; no lo juzguen.

—Si no tienes idea de cómo te sientes, ¿por qué piensas que yo sí la tendré? — Seokjin se levantó por fin del sofá, observando a Jungkook incrédulo ante lo dicho.

—Se supone que me ayudarías a procesar esas emociones y guiarme en la dirección adecuada —Jungkook solo le restó importancia dándole un gesto desdeñoso.

—Lo haría si fuera un psicólogo y me pagaras por hora o si al menos fuera alguien capacitado para dar apoyo emocional, lo cual sabes, no tengo, pero lo que sí puedo ofrecerte es estar contigo para que te desahogues —no era lo que esperaba, pero acepto hacerlo.

Ambos salieron de la oficina de Jungkook directo hacia el departamento de este, en donde sabían que encontrarían la respuesta o al menos se relajarían de todo lo que los agobiaba.

—Siempre tengo envidia de que tengas una vista tan preciosa —Seokjin no mentía sobre ello.

El departamento de Jungkook tenía una estupenda vista que era preciosa tanto de día como de noche. Era una vista por la cual habían saboteado a otros aspirantes que habían querido comprar también el departamento.

Su amistad estaba constituida por muchos actos de maldad y unas que otras cosas ilegales que esperaban que nunca descubrieran, porque aunque no terminarían en la cárcel, seguramente sí en servicio comunitario y como que andar limpiando no era parte de las actividades que quería hacer.

—Lo sé, siempre que vienes me lo dices —Seokjin solo sonrió ante ello y tomó lo que Jungkook le ofrecía —Ahora dime qué es lo que te aflige —ambos se sentaron en los sofás finos.

Un Kim (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora